"La belleza comienza con la decisión de ser uno mismo".
Coco Chanel, diseñadora francesa de alta costura
y fundadora de la marca Chanel (1883-1971).
Algunas fuentes apuntan que el futuro de la peluquería podría ser masculino. Una hipótesis que se basa en varios motivos. Por un lado, el buen momento que experimenta la barbería desde hace unos años y que, lejos de estancarse, sigue una dinámica ascendente. Desde los cortes Old School, Pompadour y los fades muy marcados a los peinados menos trabajados y más texturizados. El hombre se preocupa más por su imagen y reivindica su espacio propio, el de la barbería tradicional, adaptado a los nuevos tiempos.
Por otro lado, algunos estudios pronostican que el mercado del cuidado del cabello masculino seguirá al alza en los próximos años. Recientemente, la consultora Mintel ha vaticinado que este segmento aumentará un 11% durante los próximos cuatro años en el Reino Unido. En la actualidad, este mercado mueve una cifra de 85 millones de libras que llegaría hasta los 94, en el año 2020. Los jóvenes con edades entre los 16 y 24 años son los principales consumidores de estos productos, principalmente de styling que les aporten el look deseado. Las nuevas tendencias que apuntan a dejarse el cabello más largo también han contribuido al mayor consumo de artículos de cuidados capilares.
Por su parte, el mercado femenino británico de estos productos ha descendido, desde el año 2014. Las féminas ya no destinan tanto tiempo al acabado del peinado, decantándose por looks más naturales. Ello ha ido en detrimento de las ventas de artículos de styling, tratamiento y acondicionadores. Los hábitos de consumo femeninos se perfilan, por lo tanto, muy diferentes a los masculinos.
Fabricantes, estilistas y profesionales de la peluquería deberían valorar, además de las tendencias de moda, los gustos, hábitos y preferencias de los consumidores, sea cual fuere su género. Nada está escrito y el objetivo sigue siendo el mismo: dinamizar y fortalecer el sector.
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