Se ha hablado mucho de la FUE como técnica de cirugía capilar que no deja secuelas permanentes en la zona donante del cuero cabelludo. Consiste en una pequeña intervención, mínimamente invasiva, donde se retiran de manera individual las unidades foliculares (UF) mediante microbisturíes de diferentes tamaños. A continuación, se insertan en áreas despobladas, evitando la cicatriz en la zona donante. Sin embargo, y desde hace unos meses, numerosos centros médico estéticos de nuestro país incorporan un nuevo tratamiento, no quirúrgico, contra la caída del cabello: la carboxiterapia capilar. La doctora Xenia Vorobieva, del área Dermoestéstica del Institut Vila Rovira, nos explican en qué consiste: "La carboxiterapia es una técnica mínimamente invasiva, sin efectos adversos conocidos, que se puede aplicar como un tratamiento único o en combinación con otras técnicas para tratamientos médicos capilares no quirúrgicos".
La carboxiterapia capilar no es un procedimiento quirúrgico. La doctora Vorobieva lo define como un "tratamiento ambulatorio, mini invasivo, que se realiza en la consulta médica sin ningún cuidado previo ni posterior especial". Por el contrario, el FUE (Follicular Unit Extraction) es un proceso quirúrgico donde se implantan las unidades foliculares del propio paciente en las zonas que presentan carencia del pelo. "Esta técnica de trasplante capilar sí requiere unos cuidados previos y posteriores por parte del paciente", explica.
Básicamente, la carboxiterapia se sirve de infiltraciones subcutáneas en la capa superficial de la piel (entre la epidermis y la dermis) de anhídrido carbónico. Estas inyecciones se pueden aplicar en distintas zonas del organismo para tratar diversos problemas médico estéticos (obesidad y celulitis localizada, mejora del tono y firmeza de la piel en rostro, cuello, escote y caída del cabello).
¿Cuándo está recomendada y por qué?
Desde el Institut Vila Rovira aseguran que la carboxiterapia capilar está indicada en todos los casos de AAG (Alopecia Androgenética) de hombres y mujeres, antes del trasplante capilar si se requiere preparar el tejido del cuero cabelludo. También se recomienda en las alopecias cicatriciales. "Utilizamos carboxiterapia en las cicatrices de cualquier procedimiento para mejorar su aspecto".
Qué aporta el CO2
El anhídrido carbónico o CO2 es un gas incoloro compuesto de un átomo de carbono y dos de oxígeno. Cuando se suministra, este gas genera un efecto vasodilatador (aumenta el flujo de sangre) e incrementa la oxigenación del tejido donde se aplique. Básicamente, el CO2 actúa de dos maneras: por un lado, revitaliza el cabello al frenar la caída del mismo e incrementa la microcirculación sanguínea del cuero cabelludo que recibe más oxígeno y nutrientes a través de este tratamiento.
La carboxiterapia se sirve de infiltraciones subcutáneas en la capa superficial de la piel de anhídrido carbónico.Al tratarse de un tratamiento médico, se precisa formación específica. Esto se debe a que se emplea gas carbónico medicinal estéril de uso hospitalario.
La carboxiterapia contribuye a:
- Revitalizar el cabello, devolviéndole su tonalidad original.
- Mejorar la llegada de nutrientes y oxígeno al cuero cabelludo y a las unidades foliculares.
- Lograr que la sangre circule a mayor velocidad en los tejidos.
- Aumento del flujo de sangre en arterias y arteriolas terminales a nivel de microcirculación (VCSO).
- Producir Neoangiogénesis o proceso por el que se forman nuevos vasos sanguíneos a partir de otros vasos existentes.
- Incremento del riego sanguíneo hacia las unidades foliculares.
- Favorecer la aparición e implantación de colágeno y elastina.
En qué consiste el tratamiento
El tratamiento, que se debe realizar en un centro médico estético autorizado para ello, parte de un balón de CO2 puro acoplado a un aparato que controla la velocidad del flujo y monitoriza la dosis de gas inyectada. El anhídrido carbónico se suministra, como mucho una dosis de 200 mililitros por sesión, mediante una aguja 32G o 30G en el cuero cabelludo. Una vez inyectado, este gas, sin efectos tóxicos, se distribuye con facilidad hacia los tejidos contiguos. Los efectos del CO2, que se aprecian en pocas sesiones, permanecen durante una semana. "La Carboxiterapia capilar consiste en la introducción intradérmica o subcutánea del gas CO2 mediante una aguja fina. Durante el procedimiento, el paciente nota una sensación de presión que desaparece rápidamente en unos minutos sin dejar rastro. El gas se introduce en varios puntos de inyección dentro de la piel del cuero cabelludo en unos segundos para abarcar todas las zonas afectadas. Posteriormente, el paciente se puede incorporar a su vida cotidiana de forma inmediata", declara la experta del Institut Vila Rovira.
El paciente prácticamente no experimenta efectos secundarios, a excepción de un posible hormigueo fruto de la aplicación del gas. E incluso un enrojecimiento cutáneo como consecuencia del mayor flujo de sangre en los capilares. Los expertos aconsejan una sesión semanal o quincenal en función del cliente, prescribiendo un tratamiento de cuatro sesiones como mínimo de una duración no superior a los 15 minutos. "Las sesiones se realizan en la consulta médica, habitualmente, una vez por semana, sin necesidad de aplicación de anestesia, ni tratamiento previo ni posterior", concluyen.