El cabello es mucho más sensible de lo que tu cliente piense o imagina de modo habitual. De hecho, éste, nuestro pelo y cualquier melena acusa rápidamente el cansancio, el estrés y los malos hábitos acumulados.
Seguramente y además, estas últimas semanas, tus clientes te ha habrán contado y notado que su caída es más intensa de lo habitual. En parte, tú ya lo sabes, y así has de transmitírselo, no debemos preocuparnos, estamos en una de las épocas de caída, la primavera.
Sin embargo, este año se nos ha sumado un estrés importante: la pandemia de la Covid-19.
24 horas encerrados en casa, la preocupación por el puesto de trabajo, problemas de salud, incertidumbre y la inédita situación de un estado de alarma. Todo ello afecta y mucho al cabello y cuero cabelludo, a su salud y permanencia. Y por eso, deberás indicar a tu cliente y tendrás que hacerlo tú mismo cuando acuda a tu salón, que es obligado seguir de cerca el tipo de caída. Si ésta persiste en el tiempo y es más intensa que otros años, el profesional estilista deberá diagnosticar y prescribir.
Así, y antes de nada, como decíamos, cuando observamos un exceso de caída, debemos analizar las causas para realizar un diagnóstico adecuado. Existen muchos tipos de alopecia; aunque básicamente se pueden agrupar en dos, reaccional y progresiva.
- La primera se desencadena por situaciones temporales como el estrés intenso, la fatiga, algunos medicamentos o durante el posparto, en el que disminuyen los niveles de estrógeno responsables del anclaje del cabello al cuero cabelludo.
- La segunda, también conocida como alopecia androgenética, está provocada por causas hereditarias u hormonales.
S.O.S., la ayuda experta contra la caída capilar
Por tanto, y primero de todo, "hemos de ser capaces de distinguir si estamos ante la caída o la pérdida de cabello, ya que la caída es un proceso normal en la que el cabello vuelve a crecer, en cambio en la pérdida el manto capilar se reduce porque no se regenera, no vuelve a nacer, y al detectarse superficies menos pobladas es necesario analizar qué lo está provocando" aconseja Mª José Llata, de Peluquería Llata Carrera.
Una vez disponemos del diagnóstico, sabremos si debemos dirigirnos al médico o podemos iniciar un tratamiento que frene la caída y estimule que el cabello se regenere por sí mismo. Sin embargo, no solo somatizamos nuestro estado emocional a través de la caída, sino que también pueden aparecer alteraciones en la piel que demuestra que algo está interfiriendo en su funcionamiento.
Tal y como afirma Pilar Zaragoza de Eos | Men: "Cualquier alteración interior se refleja en el cabello, el estrés puede causar caída, pero no solamente eso, también puede provocar dermatitis seborreica, es decir la aparición de escamas o eccemas sobre la piel en las zonas donde hay más grasa, como en el cuero cabelludo, que caen y provocan picor y enrojecimiento. Mientras solucionamos el origen de este desajuste podemos recurrir a champús y tratamientos específicos que tratan y calman la piel, es decir el cuero cabelludo".
La cosmética capilar ofrece toda una gama de champús, acondicionadores, mascarillas o aceites para tratar el cabello de forma externa, pero también contamos con nutricosmética y cápsulas para mejorar su estado y revigorizarlo desde dentro. Y en todos estos procesos es importante que modifiquemos nuestros hábitos para proteger nuestro cabello y cuero cabelludo, dejarlo descansar para que se regenere y calme, tal y como nos asegura Charo García Ilitia, directora de Salón Ilitia: "Mientras tengamos alguna alteración en el cabello es recomendable evitar los componentes químicos, tales como el amoníaco, los parabenos o las herramientas de calor; ya que pueden sensibilizar e irritar el cuero cabelludo aún más si se encuentra en esta fase, debilitando la estructura capilar y haciendo así que el cabello se muestre débil y quebradizo. También tenemos que ser muy cuidadosos con la higiene, una correcta limpieza del cuero cabelludo elimina el cúmulo de grasa y las descamaciones, así como restos de productos capilares y lo mantiene más sano. Eso sí, mientras lo lavamos y cepillamos, si es tamos ante una fase de caída estacional, seremos más conscientes de esa pérdida temporal de cabello, ya que el lavado favorece que las fibras capilares que estaban a punto de caerse o que no se había caído en los días previos, se desanclen del cuero cabelludo y caiga por la fricción causada por los dedos y el peine".
También es importante evitar acciones que puedan favorecer el desanclaje. Víctor Alonso, del salón Espacio Kibo, recomienda que: "Cuando nuestro cabello está inmerso en un proceso de caída deberíamos evitar los recogidos muy tirantes, por ejemplo, en coletas o moños, así como accesorios metálicos, como las horquillas, que tienden a provocar esa tirantez. Del mismo modo bajaremos la temperatura del secador y en la medida de lo posible aparcaremos el uso de las planchas y stylers".