Según un reciente estudio aceptado para su publicación en Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, las hebras de cabello contienen información valiosa sobre los niveles de estrés en la tercera edad, que se puede utilizar para determinar el riesgo de un individuo a sufrir una enfermedad cardiovascular.
En 2010 investigadores de la Universidad de Ontario obtuvieron la primera evidencia directa de esa relación usando un marcador biológico. Curiosamente no recurrieron al tradicional análisis de sangre, sino que se fijaron en el pelo, que da una medida con más perspectiva del nivel de estrés.
Para afrontar las enfermedades del corazón nada como poder preverlas para poder actuar a tiempo. Los síntomas de nuestro estado se pueden encontrar en la sangre pero aún mejor en un cabello. Porque un solo pelo de nuestra cabeza contiene una pequeña historia de nuestra salud en los últimos meses.
A diferencia de un examen de sangre, que capta una instantánea de los niveles de hormonas del estrés en un momento único en el tiempo, un análisis del pelo del cuero cabelludo permite ver las tendencias en los niveles de cortisol, la hormona del estrés, a lo largo de varios meses.
Este enfoque permite a los investigadores tener una mejor idea de la variabilidad en los niveles de cortisol. El estudio encontró que las personas mayores que tenían mayores niveles de la hormona del estrés cortisol a largo plazo eran más propensos a tener enfermedad cardiovascular.
"Al igual que la presión arterial alta o la grasa abdominal, los resultados sugieren que los niveles elevados de cortisol son una señal importante de que una persona está en riesgo de enfermedad cardiovascular", dijo uno de los autores principales del estudio, Laura Manenschijn, del Erasmus MC en Rotterdam, Países Bajos.
"Debido a que el pelo del cuero cabelludo puede capturar información acerca de cómo han cambiado con el tiempo los niveles de cortisol, el análisis de pelo nos da una mejor herramienta para evaluar el riesgo", agrega la doctora Manenschijn.
El estudio midió los niveles de cortisol en un grupo de 283 residentes de la tercera edad entre 65 y 85 años y sus participantes fueron seleccionados al azar de un gran estudio de cohorte de base poblacional. Con muestras de cabellos de tres centímetros de largo tomadas de cerca del cuero cabelludo, los científicos fueron capaces de medir los niveles de cortisol de un periodo de tres meses.
Las personas con altos niveles de cortisol eran más propensas a tener una historia de enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, enfermedad arterial periférica o diabetes.
"Los datos mostraron una relación clara entre los niveles crónicamente elevados de cortisol y la enfermedad cardiovascular", dijo Elisabeth van Rossum, también autora del estudio y miembro del Erasmus MC. No obstante, reconoce que se necesitan más estudios para explorar el papel de la medición de cortisol a largo plazo para predecir la enfermedad cardiovascular y la forma en que se puede utilizar para informar un nuevo tratamiento o estrategias de prevención.
Entre los calvos, el riesgo cardíaco es mayor
La calvicie representaría para quienes la sufren una amenaza que va más allá de la mera estética personal. Los hombres que pierden pelo en la coronilla enfrentarían un riesgo cardíaco un 37% más alto que aquellos con una cabellera abundante. Así lo indica al menos un estudio hecho por investigadores de la Universidad de Tokio y publicado por el British Medical Journal en su última edición.
La investigación, que consistió en un meta-análisis de 850 trabajos sobre el tema con un universo de 37.000 casos, muestra por primera vez la existencia de una clara relación estadística entre calvicie y enfermedad coronaria.
Si bien se trataría de "un vínculo significativo", el riesgo asociado al factor calvicie -reconocen los autores del trabajo- "no es tan evidente como el que representa la obesidad, el tabaquismo, la hipertensión y los niveles altos de colesterol".
Por otra parte, la amenaza tampoco abarca todas las formas de calvicie por igual. "Las mayores probabilidades de sufrir problemas coronarios se vinculan con la pérdida del pelo en la parte alta de la cabeza y no con su retroceso en el sector de la frente”, explican los responsables de la investigación.
Si bien se desconoce a ciencia cierta cuál sería el vínculo que sustenta esta relación, algunos científicos creen que una mayor sensibilidad a las hormonas masculinas, una mayor resistencia a la insulina y la inflamación de los vasos sanguíneos tendrían incidencia tanto en la calvicie como en los problemas del corazón. Cualquiera que sea la causa, coinciden en señalar los médicos, la evidencia obtenida en la Universidad de Tokio no sería suficiente para recomendar que los hombres calvos se sometan a chequeos preventivos.
"Los meta-análisis, como este que surge ahora desde Japón, nunca son suficiente para que las entidades médicas recomienden un cambio de criterio. Para establecer una relación entre cierta característica y cierta enfermedad hacen falta estudios retrospectivos que arrojen los mismos resultados en distintos lugares. Así se han determinado todos los factores de riesgo coronario que conocemos actualmente", explica el doctor Ricardo López Santi, investigador y expresidente de la Federación Argentina de Cardiología.
Pero además, dado que la calvicie hereditaria no es por ahora un factor modificable, señala el médico, "conviene concentrarse en aquellos que sí lo son, como la obesidad, el tabaquismo y la hipertensión, sensibilizando más sobre ellos a la población".