La seborrea o dermatitis seborreica es una forma de eccema que se manifiesta principalmente en áreas donde la piel tiene más glándulas sebáceas, como la parte superior de la espalda, la nariz y el cuero cabelludo.

En este último caso, se dan síntomas como picazón, enrojecimiento o sensación de ardor en la zona afectada, generando además caspa. Así, y al tacto, el cuero cabelludo se sentiría grasiento y las escamas, amarillentas y pegajosas. Esta afección se da especialmente en adultos jóvenes y de mediana edad, pero también en bebés y personas inmunodeprimidas o con enfermedades neurológicas.

“Entre las causas que provocan dermatitis seborreica están la excesiva producción de sebo, la presencia del hongo malassezzia en nuestra piel, diversas condiciones médicas como psoriasis, rosácea o enfermedad de Parkinson, y factores genéticos y medioambientales además del estrés o la fatiga. En ningún caso es contagiosa ni está relacionada con falta de higiene, como algunas personas piensan”, explica María García, responsable de experiencia de producto de la firma de champús sin sulfatos Dalire.

Tratamientos

Debe centrarse en controlar y reducir los síntomas, ya que no hay una cura definitiva, si bien también puede desaparecer por sí sola. En primer lugar, usar los champús medicinales como primera línea de defensa, ya que están formulados con ingredientes activos de gran efectividad contra la dermatitis seborreica, tales como el sulfuro de selenio, el alquitrán de hulla, el ketoconazol o la zinc piritiona.

A la hora de escoger los productos para la piel y cabello más adecuados, debemos optar siempre por aquellos que sean suaves, sin alcohol ni fragancias, para minimizar al máximo la irritación.

También debemos hacer cambios en nuestro estilo de vida, empezando por lavarnos el cabello y cuero cabelludo con regularidad para limpiar el exceso de aceite y células de piel muerta.

Manejar el estrés con técnicas de relajación como el yoga o la meditación también es primordial, al igual que adaptarnos a una dieta rica en ácidos grasos omega-3, evitando procesados y grasas saturadas.

A la hora de escoger los productos para la piel y cabello más adecuados, debemos optar siempre por aquellos que sean suaves, sin alcohol ni fragancias, para minimizar al máximo la irritación. En este caso, la experta comenta que con los cambios estacionales y la temperatura hay que tener un especial cuidado ya que el clima frío y seco puede agravar la dermatitis, es conveniente protegerse con sombreros y bufandas durante el otoño/invierno y mantener la piel hidratada. Geles y esprays para el cabello no recomiendo salvo si es con moderación, ya que suelen tender a acumularse y obstruir los folículos.

A los lados, champús Classic y Nutritivo sin sulfatos de Dalire para tratar el sebo, y en el centro, Champú Sólido natural de Romero, de Di Oleo para cabellos grasos.

La medicina propone cremas y ungüentos con corticoides, antifúngicos tópicos, fototerapia y cremas con calcineurina, pero una opción menos agresiva está en la naturaleza, tal y como nos reconoce Filip Van, CEO fundador de la firma cosmética gaditana Di Oleo: “Tenemos plantas y flores como la manzanilla o la caléndula que tienen grandes propiedades antifúngicas, calmantes, antiinflamatorias… debemos recurrir a ellas sin miedo y beneficiarnos de todo lo que nos ofrecen, como el aceite de coco que es rico en ácidos grasos y ayuda a combatir el hongo Malassezia, o el de árbol de té”.

Para tratar el exceso de sebo en el pelo, recomiendan un champú sólido de romero muy efectivo, formulado con aceite de oliva virgen extra, limón, canela, ortiga, arcilla verde, espirulina y aloe vera entre otros ingredientes, que es perfecto para cabellos grasos, por supuesto totalmente vegano y sin parabenos, sulfatos o siliconas.









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