Cómo maximizar la experiencia sensorial en el protocolo de afeitado

Jordi Pérez, barbero, empresario y formador, tiene claro que el cliente que acude a su local, La Barberia de Gràcia, busca sensaciones agradables y positivas. Este es el punto de partida del servicio prémium de afeitado y de corte de pelo que ofrece en su local. En concreto, el protocolo de afeitado en la única barbería con las tres estrellas de TheQhair del país se divide en seis pasos:

• Aplicación de una toalla caliente sobre la cara.
• Uso de un producto lubricante de preafeitado.
• Enjabonado de la cara.
• Paso de la navaja siguiendo la dirección del vello facial.
• Segundo enjabonado del rostro.
• Segundo paso de la navaja para apurar el afeitado, siempre y cuando la piel lo acepte. Colocación de toallas frías y aplicación de aftershave.

"Cuando afeitamos a un cliente, cambiamos la música por otra de estilo chill-out o clásica. Le tapamos la cara, como se hacía antes, con una toalla bien caliente, y logramos que entre en ese mundo de sensaciones. Media hora de relax, de wellness", explica Pérez. "Aunque el afeitado -continúa- es el eje del servicio, lo que el cliente valora son las sensaciones. Un usuario se puede afeitar en su casa en tres minutos, pero se perderá esa media hora de sensaciones agradables que podría disfrutar en nuestra barbería".

Pérez había creado un protocolo de afeitado de seis pasos, en el que intervenían cuatro de los cinco sentidos conocidos. Como la vista, o más bien la privación de la misma, cuando se cubre el rostro con una toalla caliente. Además, dado que la toalla caliente ha sido humedecida y aromatizada, entran en juego el tacto y el olfato. El ambiente agradable que se genera a través de la música chill-out o clásica hace intervenir al oído. Todo debe invitar a experimentar sensaciones agradables, de relax y abandono. Pero faltaba un sentido por integrar dentro de este protocolo: el gusto. "Como formador, siempre le daba vueltas a la idea de incorporar el gusto a nuestro afeitado premium. Solo así se podría conseguir una experiencia total. Pensé en algo que le gustara a todo el mundo y que fuera muy práctico. ¿Y qué le gusta a todo el mundo? El chocolate", reflexiona.

Mucho más que un manjar de dioses

El científico y naturalista sueco Carlos Linneo (1707-1778) bautizó al chocolate con el nombre científico de Theobroma, que significa comida de dioses en griego. El Chocolha, o bebida estimulante a base de granos de cocoa elaborada por los mayas, llegaría a nuestro país de la mano de Cristóbal Colón, en el año 1502. En España, esta bebida se empezó a mezclar con azúcar, vainilla, agua de naranja, clavo, canela y almendras, suavizando su sabor algo amargo.

Con el tiempo, el chocolate se ha convertido en el dulce más popular en todo el mundo. Buena parte de esa popularidad se debe a sus cualidades organolépticas. Algo que han sabido aprovechar en la Barberia de Gràcia, al añadir el chocolate a su protocolo de afeitado.

El chocolate en el afeitado

Hace un año, Pérez se puso en contacto con portavoces de una conocida firma especializada en chocolates delicatessen. Fruto de esta colaboración surgió el afeitado premium Sensaciones, que introduce tres tipos de chocolates distintos que maximizan la experiencia sensorial del servicio. "Les expliqué en qué consistía nuestro protocolo del afeitado. Por ejemplo, que las toallas húmedas y calientes humedecen el pelo de la barba, facilitan el rasurado y contribuyen a relajar la musculatura de la cara. El porqué colocamos una toalla aromatizada con aceite esencial de romero, aprovechando los beneficios de la aromaterapia, sobre el rostro. E incluso, porqué aplicamos un producto lubricante antes de enjabonar y pasar la navaja, de manera que esta se desliza mejor sobre la piel. Todo tiene una razón de ser", afirma Pérez. "En consecuencia, se plasmaron las sensaciones experimentadas durante los seis pasos del afeitado en una degustación de chocolates. Cada uno de ellos -ya fuere en líquido, sólido o espuma- recordaba un momento específico del afeitado adaptado al mundo del gusto, del paladar".

Esta peculiar cata de chocolates, "fantástica" según Pérez, se debía simplificar. En un principio, resultaba demasiado compleja, de manera que se optó por introducir tres chocolates distintos que evocaban diversas sensaciones. Cada uno de ellos se le ofrecía al cliente, quien los consumía en fases concretas del proceso de afeitado.

La preparación al afeitado

• Sensaciones táctiles. Las toallas calientes y aromatizadas junto con la aplicación del producto preafeitado preparan la piel de la cara. Además, logran relajar al cliente para que pueda, durante los 30 minutos que dura todo el proceso, olvidarse de su ajetreo diario.
• Sensaciones gustativas transmitidas por el chocolate con leche con lavanda y té. Tableta de chocolate con leche (40% de cacao), con lavanda y té Earl Grey. Transmite sensación de pulcritud, calidez y relajación. El sabor dulce y cremoso del chocolate con leche transmite las sensaciones de calidez y relajación deseadas. El aroma de lavanda aporta ese punto fresco y floral, que evoca pulcritud y limpieza.

El afeitado

• Sensaciones táctiles. A pesar de haber preparado la piel con anterioridad para el afeitado, el paso de la cuchilla por la cara no deja de suponer una agresión para la misma.
• Sensaciones gustativas transmitidas por el chocolate negro con picante. Tableta de chocolate negro (70% cacao) con picante (cayena). Transmite sensación de irritación, deslizamiento. El chocolate negro se funde rápidamente en el paladar y desaparece casi tan rápido como la espuma al ser arrastrada por la cuchilla. El picante, que aparece en un segundo término, produce en la lengua una sensación similar a la de la cuchilla sobre la piel del rostro.

Aftershave o acabado del afeitado

• Sensaciones táctiles. En la fase final del afeitado, la piel se relaja gracias al frescor de las toallas frías y los aceites esenciales del aftershave.
• Sensaciones gustativas transmitidas por el chocolate >con leche con eucalipto y miel. Tableta de chocolate con leche (40% de cacao) con eucalipto y miel. Transmite sensación de frescor, limpieza y relajación, a continuación. El eucalipto es el gran protagonista de este chocolate. Su efecto balsámico aporta frescor y sensación de limpieza en boca, al anular cualquier otro sabor presente en la boca. El chocolate con leche y el fondo de miel mantienen, a la perfección, la sensación de relajación y bienestar conseguida durante el afeitado.

Sorpresa y buena acogida entre la clientela

Los clientes que se afeitan en esta barbería se suelen mostrar sorprendidos, en un principio, y encantados después, con la posibilidad de disfrutar del afeitado con los cinco sentidos. El chocolate negro con cayena y sabor picante es el que más gusta a los clientes. Este es el que recrea la sensación del paso de la cuchilla sobre la piel enjabonada. "Básicamente, no se esperan un afeitado como el que ofrecemos en nuestra barbería. Como ya he comentado, pretendíamos potenciar las posibilidades sensoriales de nuestro protocolo de afeitado. Y creo que lo hemos conseguido. El cliente está relajado, escucha música agradable, percibe aromas y degusta texturas y sabores mientras le afeitan. Todo a la vez. ¿A quién le amarga un dulce?", sonríe Pérez.