A Carmen Espadas le sale todo de dentro cuando te mira, con los ojos, esos ojos negros y grandes que esconden la sabiduría acumulada de quien pesa y sopesa, y entiende. Busca y encuentra las respuestas a través de la inteligencia y la intuición de quien vive e interioriza cada suceso, persona, minuto; momento...
Carmen es muy grande, inmensa, profunda... Un deleite para quien habla con ella. Su figura, sus gestos, esa compostura... Que amalgama Mediterráneo y paredes encaladas, blancas, de rejas en los balcones mirando hacia el sol del Este en el enclave del cielo murciano. Y un salón referente, Centro de Imagen Venus, el que dirige Carmen, querida y admirada a partes iguales por propios y extraños.
Peluquera confesa, y por los cuatro costados, que le gotean arte.
A Carmen la vemos siempre, en las redes, en fotografías, en premios, eventos, citas de la peluquería. Y la sentimos, eso es lo importante. Y por eso, por su raigambre, por la influencia que ejerce entre los peines y las tijeras, a Carmen, hoy la entrevistamos.
Hay que estar en todo, no solo se aprende en los cursos, asistir por ejemplo a Fígaro supone una gran inyección de creatividad, todo lo que rodea a los premios te enseña algo.
Beauty Market: ¿Por qué ser peluquera?
Carmen Espadas Hernández: Porque en un momento determinado de mi vida necesitaba sobrevivir (así es de sincera), y me pareció que podía ser bonito trabajar embelleciendo a las personas, pensé que esta profesión me podría hacer feliz. ¡Y así fue!
B.M.: ¿Cómo aprendiste a ser peluquera?
C.E.: Pues busqué el mejor lugar que había en Murcia para ello y comencé unos estudios que cambiarían mi vida para siempre.
B.M.: ¿Cuándo abres tu salón? ¿Cómo es Centro de Imagen Venus? Mucho más que una peluquería...
C.E.: Toda esta aventura comenzó en diciembre de 1991. Después de estar poco más de un año en un local de 30 metros me trasladé a otro de 120, elegí un local comercial con grandes escaparates para poder plasmar mi afición por la decoración. Estuve allí 11 años haciendo peluquería y escaparatismo, algo que me llevo a obtener distintos premios y pasado ese tiempo me vi con necesidad de buscar una nueva ubicación que fuese algo distinta al concepto de peluquería habitual. Después de mucho buscar encontré mi lugar soñado, una casa antigua catalogada BIC (bien de interés cultural), la cual me lancé a restaurar para crear el lugar que soñaba.... Un centro de imagen, el Centro de Imagen Venus, donde todas las estancias estarían separadas para lograr un ambiente de más intimidad y relajación. Un lugar donde cada detalle cuenta, desde la entrada con su mensaje positivo pasando por su sala de exposiciones, donde esperan los clientes, hasta la música, la iluminación y el capricho de poder hacer conciertos, sesiones de día y fiestas de vez en cuando (ríe sin cortapisas, se le siente feliz).
Por eso uno de nuestros eslogan dice "Mucho más que una peluquería"...
B.M.: ¿Cómo está siendo la reapertura?
C.E.: La verdad que bastante bien, seguimos ejecutando los protocolos establecidos al pie de la letra y estamos ya habituados a ellos, también seguimos con un aforo limitado ya que necesitamos tiempo para poder recibir, atender y despedir al cliente, pero estamos orgullosas ya que la experiencia en el salón ha ganado en seguridad y los clientes lo agradecen y mucho.
Hay mucho de psicología en nuestro trabajo y no debemos caer en el error de crear los mismos estilos para todos los clientes porque simplemente sean tendencia, es fundamental hacerle ver y sentir y que te sientan como único o única.
B.M.: ¿Cómo ves el futuro inmediato de la peluquería tras la pandemia?
C.E.: Es difícil poder pensar en el futuro en tiempos de pandemia pero yo soy muy optimista ya que las personas han demostrado una vez más que en los momentos de crisis necesitan estar y verse apoyados para ganar por lo menos en seguridad y felicidad, esto no es ninguna frivolidad como algunos puedan pensar, y mientras las personas tengan ilusión y nosotros nos reinventemos en nuestro trabajo, el éxito está asegurado.
B.M.: ¿Y cómo ves esta profesión en un futuro a más largo plazo?
C.E.: Pues veo que lo que ahora nos funciona en el futuro puede no servirnos. Aunque, insisto en que reinventarse es el mejor arma que podemos tener para salir adelante, hay que evolucionar y no perder jamás la confianza en nosotros mismos.
B.M.: ¿Cómo crees que va a influir la crisis del coronavirus en acontecimientos como premios, formaciones, etc., en el sector?
C.E.: Ya está influyendo debido a la limitación del aforo. Pero esto va a servir para que algunos de estos certámenes se puedan realizar on-line, experimenten con este formato y se puedan seguir desde casa con la consiguiente comodidad. En el estado de alarma todos hemos realizado multitud de formaciones y charlas de manera más personalizada que nunca, gracias a la comunicación digital, las prácticas y formaciones deberán ser en grupos muy reducidos, e incluso nos gustarán, pero lo que si vamos a añorar serán los grandes certámenes, premios, desfiles y eventos donde los profesionales disfrutábamos tanto (suspira con los ojos). A ver aquí ¡cómo se reinventan!
B.M.: Carmen es una mujer muy inquieta, que vemos en cada evento o acontecimiento destacado, ¿por qué esta implicación por ejemplo en los premios Fígaro o en tu reciente asociación con mujeres peluqueras #flappingwings?
C.E.: Hay que estar en todo, no solo se aprende en los cursos, asistir por ejemplo a Fígaro supone una gran inyección de creatividad, todo lo que rodea a los premios te enseña algo. Y además, poder ir a apoyar a los compañeros que se presentan es algo que me llena por completo.
Y respecto a las #flappingwings este es un proyecto que viene de años atrás y que salió de una reunión en Madrid que tuvimos Amparo Fernández, Isabel Jiménez y yo. La pandemia nos ha servido para tener tiempo y poder llevar a cabo nuestro sueño.
B.M.: ¿Cómo te reciclas, cómo se forma Carmen Espadas?
C.E.: Pues como he comentado anteriormente asistiendo a los eventos más importantes del sector y haciendo formaciones que cada vez selecciono más. Además de viajar físicamente, navegando por internet para poder ir abriendo tu mente a las necesidades que el público pueda tener.... Observar, ver, crear y ¡actuar! (exclama Carmen).
Es difícil poder pensar en el futuro en tiempos de pandemia pero yo soy muy optimista ya que las personas han demostrado una vez más que en los momentos de crisis necesitan estar y verse apoyados para ganar por lo menos en seguridad y felicidad.
B.M.: ¿Crees que España tiene la formación que se merece?
C.E.: Hay muchísimas formaciones, quizás demasiadas. Las hay de muchísima calidad y de no tanta, por eso hay que seleccionar; nuestro tiempo es oro y debemos saber aprovecharlo bien. Pero sí, en general tenemos un altísimo nivel de peluquería y de formación.
B.M.: ¿Qué es lo más difícil a la vuelta de la normalidad en las peluquerías?
C.E.: ¡Trabajar con mascarilla! (Se le oye la risa, franca y abierta, con los ojos y la garganta...).
B.M.: ¿Cómo es Carmen, peluquera, cómo te definirías a ti misma?
C.E.: Soy una persona muy inquieta que busca constantemente emocionarse, si pones pasión a lo que haces, ¡seguro qué funciona!
Me definiría como alguien que transmite con facilidad....
B.M.: Tú principal cualidad como profesional es...
C.E.: La empatía y la capacidad de embellecer a las personas.
Con un rápido diagnóstico capto la necesidad del cliente y consigo que se ilusione como yo. A partir de ahí realizo un trabajo que hasta la próxima visita al centro, prácticamente las clientas y clientes no tienen que peinarse y lo que es más importante, se ven guapos y guapas, que para mí eso eso es lo principal.
Las personas que vienen por primera vez y piensan que no podré sacarles partido, o bien por físico o por falta de cabello o de mala calidad, me encantan, son mi reto. Y, ¡les cambio el concepto!
B.M.: ¿Las marcas han apoyado al sector en está crisis?
C.E.: En mi caso he tenido apoyo total de todas con las que trabajo, es cierto que yo cuido mucho la relación con ellas, son parte de nuestra familia profesional y estamos para apoyarnos.
Si das, ¡recibes!
Aunque esta frase por desgracia no siempre funciona.
Reinventarse es el mejor arma que podemos tener para salir adelante, hay que evolucionar y no perder jamás la confianza en nosotros mismos.
B.M.: ¿A quién admiras?
C.E.: A quien se reinvente sin copiar ni criticar, a las personas honestas.
B.M.: Un sueño.
C.E.: ¡Ser feliz! (Exclama, con risa cantarina en la voz).
B.M.: Lo que le falta a la peluquería española es...
C.E.: Conocernos mejor entre profesionales; conocer y ¡compartir!
B.M.: Y lo que le sobra.
C.E.: Creo que excederse en lo que sea no es bueno para nada ni para nadie, Pues eso... (reflexiona). El exceso. Hace falta que todo sea más sencillo y humano.
B.M.: ¿Optimista ante el futuro?
C.E.: Es difícil pensar en el futuro, pero aquí aplico la frase que recibe al cliente cuando entra en Centro de Imagen Venus: "Nunca pierdas la ilusión".
Quiero decir que, respecto al cliente, debemos preocuparnos por potenciar su personalidad. Hay mucho de psicología en nuestro trabajo y no debemos caer en el error de crear los mismos estilos para todos los clientes porque simplemente sean tendencia, es fundamental hacerle ver y sentir y que te sientan como único o única.