Desde Gijón, y con la fuerza de un salón de firma único, Culture by CCJ, Carmen Cabeza, su autora, hace de la peluquería arte de la belleza.
Entrar en Culture by CCJ es una invitación abierta a sentirse bien y a transformar la imagen desde los cánones de peines y tijeras y los tratamientos que nos hablan de salud y el cabello, el corte y el color más bonito.
Así se sienten los clientes de Culture by CCJ, el sueño hecho realidad de Carmen Cabeza, una experta formadora que un día decidiera convertirse en empresaria al frente de su propio establecimiento.
He nacido con vocación de crear estilos. Desde pequeña siempre he creado, cuando jugaba con muñecas les cortaba y peinaba el pelo. Ya de mayor supe que me iba a dedicar a este mundo, es una profesión que me llena plenamente.
Beauty Market: Carmen, ¿cómo se produce el salto de la formación a la dirección y apertura de tu propio salón de peluquería?
Carmen Cabeza: Después de estar cuatro años dedicándome a la enseñanza necesitaba otro ciclo en mi vida. Así que empecé a darle vueltas al pensamiento de abrir mi propio salón de peluquería. Además, contaba con conocimientos que adquirí con profesionales como Llongueras, Toni&Guy, Rizzos, Cebado... También había viajado fuera de España para asistir a cursos que ampliasen los conocimientos que ya tenía. Antes de decidirme por la peluquería me dedicaba al maquillaje profesional. Allí me adentré en el mundo del cabello. Necesitaba dar estilo y había aprendido muchas cosas que se enfocaban en este camino, el de la peluquería. Hace ya 28 años que abrí mi salón. No obstante, la formación me encanta y a día de hoy sigo dedicándome a enseñar a mis empleadas.
B.M.: ¿Cómo resumirías tu etapa de educadora en peluquería?
C.C.: Fueron unos años maravillosos rodeada siempre de chicas y chicos jóvenes que tenían muchas ganas de aprender. Sin lugar a dudas fue una de las mejores épocas de mi vida. Preparar a jóvenes para ser peluqueros me llenaba mucho. Disfrutaba dando clase rodeada de gente joven y con ambición, lo que era una gran motivación para mí. Me implicaba muchísimo en dar las clases, porque me encanta ver la evolución de mis alumnas.
B.M.: ¿Y cómo ves actualmente la formación en nuestro país?
C.C.: Pienso que falta nivel e implicación en la enseñanza de peluquería, faltan escuelas donde enseñar el perfeccionamiento, pero no el de antes, el que actualmente se aplica en los salones. Con las estudiantes que me he encontrado, recién salidas de las academias, he visto que tienen conocimientos básicos pero no están actualizados. Saben lo justo. No se le está dando importancia al perfeccionamiento. La gente acaba la primera fase y ahí se queda.
Mi salón es alegre, abierto y cercano. Un lugar amable gracias a las personas que trabajan conmigo. Mujeres, cada una de ellas diferente, con su propia personalidad y estilo que es la clave por la que nuestra clientela es tan variada.
B.M.: ¿Por qué peluquería y no cualquier otra profesión?
C.C.: He nacido con vocación de crear estilos (sonríe). Desde pequeña siempre he creado, cuando jugaba con muñecas les cortaba y peinaba el pelo. Ya de mayor supe que me iba a dedicar a este mundo, es una profesión que me llena plenamente. El mundo de la estética lo veo como otro tipo de expresión artística. Cuando alguien crea un corte de pelo está transformado a una persona, le esta dando ilusión, un cambio de look te puede ayudar a cambiar tu ánimo.
B.M.: ¿Cómo es tu salón, Culture by CCJ?
C.C.: Mi salón es alegre, abierto y cercano. Un lugar amable gracias a las personas que trabajan conmigo. Mujeres, cada una de ellas diferente, con su propia personalidad y estilo que es la clave por la que nuestra clientela es tan variada, para que la gente siga viniendo, o para que nuevos clientes se acerquen a conocernos. También reside en nuestra cultura y forma de trabajar el trato personalizado, familiar y profesional. El cuidado del cabello no es meramente lavar y cortar. Aconsejamos, enseñamos cómo se debe tratar el cabello, les explicamos a nuestros clientes cómo deben de mantenerlo en casa y esas es la clave del éxito, de que mis clientes tengan un cabello perfecto.
B.M.: Tres décadas han pasado desde este inicio con Culture by CCJ hasta ahora, ¿cómo ha sido la experiencia?
C.C.: Una constante evolución y un aprendizaje diario en todos los sentidos. Comenzamos en un salón pequeño, hace 28 años con cuatro trabajadoras. Hace diez pasamos a un salón más amplio y somos nueve, el anterior se nos había quedado pequeño. Este es mucho más amplio, pero a la vez sigue manteniendo la esencia del original. Un lugar acogedor donde nosotras expresamos nuestras ideas estilísticas y donde los clientes pueden sentirse a gusto, olvidarse de los problemas por unos momentos.
Durante la pandemia comenzamos con las redes sociales para estar en contacto con mis clientas y adquirir nuevo público. También nos ayudó a pararnos un momento y ver qué cosas estábamos haciendo mal. Y qué cosas nos funcionaban.
B.M.: ¿Cómo se mantiene un salón de peluquería, más en tiempos como los que vivimos?
C.C.: Con mucho tesón y con ganas de seguir haciendo las cosas bien. Con una mente abierta y dispuesta para adaptarse en cada momento a las circunstancias y a las modas. Al final, si no eres conocedora de lo que se lleva en cada momento corres el riesgo de estancarte en la comodidad de los peinados y looks de toda la vida. Algunas clientas buscan algo clásico, que aún funciona, pero la clave para mantener la peluquería es seguir innovando y recomendando estilos únicos y novedosos. Es vital estar actualizado.
B.M.: Lo más difícil a lo que te has enfrentado en tu carrera y cómo has conseguido superarlo.
C.C.: Sin lugar a dudas la pandemia. Me enfrenté con algo desconocido y no sabía cómo actuar. Tenía a mi cargo ocho personas y no sabía cuándo iba a poder abrir, ni cuándo volveríamos a la normalidad. La incertidumbre de cada día era terrible. Para salir adelante hay que verle el lado positivo a las cosas, después de una crisis siempre hay oportunidades y pienso que desde mi salón se supo aprovechar esas opciones que se nos presentaron.
Durante la pandemia comenzamos con las redes sociales para estar en contacto con mis clientas y adquirir nuevo público. También nos ayudó a pararnos un momento y ver qué cosas estábamos haciendo mal. Y qué cosas nos funcionaban. El resultado fue que ahora hemos cambiado matices en la forma de trabajar que antes no veía. Por ejemplo, llevamos la organización de otra forma que nos optimiza mucho más, como puede ser las citas o nuestra propia organización. Tenemos más clientes. He aprovechado el tiempo y hemos salido fortalecidas
B.M.: Lo más bonito que te ha pasado.
C.C.: No me puedo quedar con una cosa sola. En general, conocer a tantísimas personas que me han ido aportando conocimientos y valores en mi larga trayectoria, tanto profesional como personal.
B.M.: Confías en un equipo fiel, ¿cómo perduran los equipos en la peluquería y se evitan las fugas a otros salones o en otros casos para abrir un negocio propio?
C.C.: Mi equipo es mi mayor logro y por supuesto confío al 100%. Nunca he tenido miedo a que se me marchara alguien y en treinta años no he tenido fugas. No obstante, no es algo que me pueda llegar a enfadar, entiendo que es ley de vida. Cada uno elige dónde estar más a gusto, y por el momento mis compañeras deciden estar conmigo y les estoy muy agradecida.
Mi equipo es mi mayor logro y por supuesto confío al 100%. Nunca he tenido miedo a que se me marchara alguien y en treinta años no he tenido fugas. No obstante, no es algo que me pueda llegar a enfadar, entiendo que es ley de vida.
B.M.: ¿Cuál es la clave para mantener a los equipos al día en atención y servicio al cliente?
C.C.: La clave es la formación constante, aplicar técnicas nuevas de cómo quiere ser atendido el cliente actual, qué le gusta, y lo más importante, un trato totalmente personalizado y servicios adaptados a sus necesidades.
B.M.: I.C.O.N. es tu marca de cabecera, ¿por qué la elegiste?
C.C.: Hace muchos años me enamoré de sus productos y de la calidad de su filosofía, y decidí cambiar ya que no hay nada mejor. Con I.C.O.N. tengo un apoyo constante y formación de todo el equipo, asesoramiento y un buen producto de calidad, y una marca comprometida y respetuosa con el medioambiente.
B.M.: El valor añadido de I.C.O.N. frente a otras marcas de peluquería, ¿cuál es?
C.C.: Son productos de calidad comprometidos con el medioambiente, ofrecen un trato único al cliente y te facilitan todo lo que puedas necesitar para mejorar en tu negocio y know how ('saber hacer').
B.M.: ¿Cuál es el producto o servicio I.C.O.N. que más te demandan tus clientes y por qué?
C.C.: Los tratamientos para el cuidado del cabello y la coloración Ecotech, una coloración sin amoníaco y respetuosa con el medio ambiente y formulada con ingredientes naturales. En I.C.O.N. existe una gran variedad de tratamientos que recomendamos a nuestros clientes para mejorar su cabello.
Los clientes no compran sin antes asesorarse bien sobre cuáles son los ingredientes de cada producto y si cumplen con los estándares de ecología y sostenibilidad.
B.M.: ¿Quiénes son y que hacen los coach de I.C.O.N.?
C.C.: Los coach son un apoyo fundamental y nos ayudan en todo, ante cualquier contratiempo o problema nos ayudan. Realizan formaciones constantemente y nos enseñan a utilizar correctamente los productos, las novedades de la firma, gestión de salón y ventas.
B.M.: Las fórmulas y productos naturales respetuosos con el medio ambiente, ¿son el futuro? ¿El cliente se interesa por ello?
C.C.: Desde luego, cada día más. Los clientes no compran sin antes asesorarse bien sobre cuáles son los ingredientes de cada producto y si cumplen con los estándares de ecología y sostenibilidad. Confían plenamente en los beneficios de los productos I.C.O.N.
B.M.: Estás muy familiarizada con las redes sociales, lo digital, el comercio on-line, ¿cómo te acercas a este mundo, por qué y qué te aporta como profesional y negocio?
C.C.: Hoy en día no te puedes quedar atrás. Es innegable que internet nos rodea y si tienes un negocio, es necesario estar ahí. Es una herramienta más de venta que está funcionando fantásticamente.
B.M.: ¿Qué opinión te merece la formación on-line tras el 'boom' experimentado en pandemia?
C.C.: En mi caso me parece genial. Cómodo, fácil y necesario para estar al día. Con lo que comentaba antes de la pandemia, gracias a las redes sociales mucha gente de fuera de Gijón e incluso de Asturias me empezó a conocer. Tengo novias de distintas ciudades que viene porque nos conocieron en Instagram. Las redes sociales no solo ayudan como escaparate para dar a conocer tus servicios, también sirven para vender tus productos. Con lo globalizado que está todo hoy en día no puedo quedarme con solo ser una peluquería de la zona o de la ciudad donde tengo el local. Hay que abrirse a nuevos horizontes.
B.M.: Si volvieras a nacer, ¿repetirías?
C.C.: Sí (hace un gesto de afirmación con las manos y dice con orgullo y alegría en la voz), sin lugar a dudas. He nacido con esta vocación.
Con lo globalizado que está todo hoy en día no puedo quedarme con solo ser una peluquería de la zona o de la ciudad donde tengo el local. Hay que abrirse a nuevos horizontes.
B.M.: ¿Cómo te defines a ti misma como peluquera?
C.C.: Para mí la palabra peluquera se queda un poco antigua. Yo siempre digo que somos creadores de estilo. La moda es mi pasión, el maquillaje y el pelo van unidos y disfruto creando un estilo para cada persona, somos artistas y creadores de estilo.
B.M.: El secreto para ser una buena peluquera o peluquero.
C.C.: El secreto es entender lo que el cliente te pide. Conocerle para saber qué es lo que está buscando y para ello es fundamental escucharlo. Está muy bien querer ser original y rompedor, pero si al final al cliente no le gusta el estilo que le has hecho, de nada sirve ser creativo. También es básico saber ejecutarlo, fundamental, para ello hay que estar siempre bien informado de todas las corrientes que se llevan ya que la moda va unida a la peluquería, es un todo.
B.M.: ¿La peluquería por comunidades y regiones es distinta? ¿Cómo se peina la mujer asturiana?¿Y el hombre?
C.C.: Es muy distinta por regiones. En el norte por el clima se trabaja más el cabello y se realizan peinados más elaborados, ya que la humedad lo estropea mucho y hace que ir a la peluquería sea algo más frecuente. También son peinados más formales, al igual que la ropa lo es también.
B.M.: ¿En tu salón se practica el diagnóstico? ¿El cliente se deja aconsejar?
C.C.: Antes de comenzar cualquier trabajo hacemos un diagnostico hablando con la cliente, evaluando el estado del cabello y viendo qué tipo de trabajo se puede realizar. Nunca vamos a hacer ninguna elaboración si el cabello no está en buenas condiciones. Los clientes tienen que entender que para llegar a un buen color antes se necesita tener el cabello en buenas condiciones, por ello las enseñamos cómo hacerlo y cómo mantenerlo para que ese color no derive, por ejemplo, en tonos no deseados.
Siempre sigo avanzando y adaptándome a los tiempos. Con la mente abierta. No suelo tener un objetivo fijo, ya que como hemos visto en estos años, de un día para otro las cosas pueden cambiar.
B.M.: Atenta siempre a la moda, ¿cuáles son para hombre y mujer las tendencias en corte y color?
C.C.: Este otoño en materia de color se van a llevar tonos más cálidos dejando atrás los tonos mas fríos. El cream blonde, tonos dorados; miel, trigo, etc., que se funden entre sí mediante la técnica del melting. También se está realizando mucho el hair contouring que consiste en realzar el contorno del rostro. Todo esto, con diferentes matices, también los cobrizos van a adquirir importancia. En cuanto al tipo de cortes llegan pisando fuerte los flequillos en diferentes estilos. El shaggy y el mullet, que ya llevan tiempo usándose, puede adquirir variaciones. En la peluquería he visto de unos meses a esta parte a mucha gente demandando estos cortes, al igual que los muy capeados. También el 'bob mini' recto, a la altura de la oreja, que es tendencia.
B.M.: Un sueño cumplido, Carmen.
C.C.: Quizás sea tener mi propio salón y un equipo formado y sólido, que trabajan con responsabilidad y cuyas integrantes están organizadas. Estoy muy orgullosa de cómo es mi equipo y de su evolución a lo largo de estos años. Es un conjunto autosuficiente que cuenta con una sobrada experiencia y conocimientos. En ocasiones que no puedo estar en la peluquería por viajes de negocio, me voy muy tranquila, sabiendo que durante ese tiempo, la peluquería va a seguir funcionando con normalidad. Mi sueño es este tener un salón consolidado.
B.M.: Y lo que todavía te resta por hacer...
C.C.: Siempre sigo avanzando y adaptándome a los tiempos. Con la mente abierta. No suelo tener un objetivo fijo, ya que como hemos visto en estos años, de un día para otro las cosas pueden cambiar. Me mantengo activa, viendo en qué se puede mejorar y qué campos de nuestro entorno están en auge o incluso sin descubrir. El objetivo es continuar mejorando como profesionales y como personas.