"Las prácticas laborales entre peluquería masculina y femenina no son diferentes, sino más bien paralelas", nos explica Joaquín Ferrer, director de la barbería Homes & Imatge y vicepresidente del Gremio Provincial Artesano de Peluquería y Belleza de Barcelona. A partir de aquí, Ferrer puntualiza una serie de pautas básicas que favorecen una buena praxis en la barbería:
- El local debe estar limpio, bien iluminado y señalizado.
- Disponer de lugares de paso cómodos, sin obstáculos que dificulten el acceso de personas con movilidad reducida.
- Que sea seguro. Las herramientas cortantes (tijeras, navajas), que puedan causar algún daño, deben estar visibles, controladas y guardadas en un lugar concreto.
- Eludir la presencia de cables eléctricos sueltos, esparcidos por todo el establecimiento.
- Ambiente renovado, ambiente aireado.
- Los productos deben estar bien etiquetados, en envases cerrados.
- Dos recomendaciones desde el punto de vista ergonómico. La primera consiste en agacharse con la espalda recta. La segunda reside en trabajar, sobre todo a la hora de usar la tijera, con los brazos rectos, nada de codos caídos.
Factores de riesgo emocional
Una vez especificadas estas medidas, ya hablaríamos de la calidad de los materiales empleados y de los recursos que más o menos se invierten en el bienestar del cliente, según el portavoz del Gremio. Por ejemplo, si se le puede ofrecer prensa, revistas o cualquier otro material de lectura, dulces, cafés, refrescos o wifi en la zona de espera. "Todo esto es parte de la seguridad. Hoy en día, la gente está agobiada, se queja de la falta de tiempo. Si disponen de un lugar donde entretenerse mientras esperan o les atienden, bajan la guardia. Por lo tanto, se sienten a gusto, tienen una buena actitud y contribuyen a que haya un buen ambiente en el salón", asegura. Por el contrario, si no se reduce la tensión, esta se convierte en un factor de riesgo emocional, algo muy habitual en las peluquerías y barberías.
Por parte del equipo humano, Ferrer aconseja lo siguiente: "Es necesario tener la capacidad de coordinar y proyectar unas buenas praxis en los colaboradores, y así crear una cultura de empresa". "Básicamente, se les dice -continúa- qué pautas deben seguir. A partir de aquí, deberán atender al cliente: observar cómo se viste y combina los complementos, cómo se comunica, elementos de expresión no verbal más importantes, etc. Toda esta amalgama te da una idea del tipo de corte o servicio que quiere. También se le pueden sugerir elementos que potencien y singularicen su aspecto. Se da por supuesto que el personal está cualificado para atenderlo. De no ser así, cada colaborador llevará a cabo una tarea específica relacionada con el trato a la clientela".
Factores de higiene
Las barberías están obligadas, por Ley, a disponer de esterilizadores ultravioleta que desinfecten tijeras, cuchillas, etc. Gracias a su longitud de onda, solo se precisan ocho minutos para higienizar todo tipo de herramientas introducidas. Cuando se abre el esterilizador, un dispositivo automático apaga la luz para que no derive en posibles lesiones cutáneas. "El tema de las cuchillas es casi de perogrullo. Cada servicio supone cambiar las cuchillas, si no se quieren causar irritaciones o problemas en la piel", recalca. Lo que ya no tienen tan claro algunos profesionales es cómo desprenderse de las cuchillas. Se pueden depositar dentro de un bote de plástico e introducirlas en el contenedor de plástico y metal, pero siempre dentro de un estuche cerrado, bien aisladas. No existe un lugar específico para arrojar las cuchillas.
No obstante en la peluquería de hoy en día se debe tener en cuenta la higiene corporal, algo que se presupone, y el uso de un calzado cómodo que facilite el retorno sanguíneo. Asimismo, debe tener algunas nociones de ergonomía que les permita recomendar una postura adecuada a la clientela. Debe ser algo así como un punto de apoyo en todo lo que concierne a la imagen del cliente, tal y como apuntan desde el Gremio de Peluqueros barcelonés.
Mascarillas y guantes, ¿son realmente necesarios?
En la barbería se llevan a cabo servicios que exigen una cierta proximidad con el cliente, como los retoques de bigotes y barbas. Por motivos de higiene, se ha llegado a plantear el uso de mascarillas y guantes. Un tema complicado, a tenor de lo que comentan desde el Gremio. "¿Te imaginas la incomodidad que supone acercarse y tratar a un cliente con mascarilla y guantes de látex? Cuando el entorno es demasiado aséptico, desarrollamos alergias. El ser humano no está preparado para vivir en un ambiente completamente aséptico, porque dificulta la interacción entre individuos", justifica Ferrer. Es decir, las defensas del organismo no desarrollan nuevos anticuerpos. "No podemos ponernos tantas trabas. Un ambiente muy aséptico no nos permite desarrollar nuestra habilidad natural a superar un entorno dinámico, que es el de la propia vida. De lo contrario, pasaremos de una sociedad que facilita la comunicación a otra involutiva".