Tus clientes quieren y buscan asesoramiento

Internet está lleno de información de acceso gratuito al alcance de cualquier persona que tenga interés en saber algo sobre un determinado tema, en peluquería y belleza, también. Y de hecho, suman millones de consultas. Sin embargo, a la hora de la verdad, las fuentes profesionales son las que generan más confianza, ¿estás preparado para dar a tus clientes las respuestas que necesitan?

No siempre que un consumidor entra por la puerta tiene claro lo que necesita de nosotros. Esto no debe confundirse con que no sepa lo que quiere, porque ahí no suele haber duda: una solución a un problema. El que sea. "Me noto la piel muy seca y, por mucho que use una buena crema hidratante, me sigue ocurriendo lo mismo, ¿lo estoy haciendo bien? ¿Qué productos me recomiendas que use en casa? ¿Tenéis algún tratamiento específico que me vaya bien para esto?" o "Mi pelo no tiene nada de brillo y se me encrespa muchísimo. He visto que hay unos protectores de calor que parece ser que funcionan muy bien, ¿tú qué crees? También veo que hay mucha gente que se hace tratamientos como taninoplastia o bótox capilar. Tengo una amiga que se lo ha hecho y tiene el pelo precioso, aunque también tiene que usar unos champús especiales. ¿Vosotros hacéis esos tratamientos?".

Más de una vez al día y en diferentes contextos te habrás visto en esta situación como profesional. Tu cliente necesita que le orientes y eso es una gran ventaja para ti. Si sabes cómo y qué decir garantizarás su satisfacción y tus ingresos.

¿Cómo dar respuesta a las preguntas de tus clientes?

Tan importante es lo que se dice como cómo se hace. Las formas pueden suponer el éxito o el fracaso en la conversación con tu cliente. Al margen de que las habilidades sociales sean, en parte, innatas, se pueden moldear y aprender para conseguir la excelencia en la atención al cliente. Esta cuestión es clave porque, en el asesoramiento entra en juego un factor muy importante: lo cómodo que hagas sentir a quién te está consultando. Si contestas como si te estuviesen haciendo perder tiempo o molestando es porque no habrás sabido ver que alguien que te expone una necesidad te está poniendo en bandeja una venta casi segura, siempre y cuando la sepas conducir bien y plantees una solución realmente adecuada.

En la cuestión del cómo, los profesionales que cuentan con el certificado que emite OMAT de especialista en atención de calidad al cliente, tanto en el ámbito de la peluquería como de la estética, tienen una gran ventaja. Tras haber superado la correspondiente evaluación, estos profesionales están preparados para manejar con éxito la relación con el cliente.

¿Qué es necesario para asesorar al cliente?

Es obvio que para poder asesorar a alguien es imprescindible tener un amplio y sólido conocimiento sobre aquello por lo que nos están preguntando. Aquí la clave está en la formación. Un buen profesional nunca deja de aprender, sobre todo en un sector en el que surgen tantas novedades como el de la peluquería y la estética. Si tus clientes te hacen una pregunta y te suena a chino, es que estás fuera de juego y eso debería ser un motivo de preocupación. Como decía la famosa frase, "o te mueves o caducas". Y no será por opciones.

Editoriales especializadas en el sector, como Videocinco, ponen a tu disposición libros en papel o en formato digital y material audiovisual, para que continúes renovando tus conocimientos.

Los centros de formación acreditados para impartir NVQ (cualificaciones internacionales) te permiten cursar módulos sueltos de temas puntuales que puedan ser de tu interés para profundizar más o para iniciar nuevos servicios en tu salón.

Por otra parte, todas las empresas disponen de un crédito para financiar la formación de sus trabajadores en aquellas cuestiones que considere necesarias. Es la llamada formación bonificada o formación programada por la empresa.

Elijas la opción que elijas el objetivo es claro: que tus conocimientos generen confianza en tus clientes y, por supuesto, buenos resultados. Por tanto, la reflexión sigue siendo la misma: ¿estás preparado para dar a tus clientes las respuestas que necesitan? Si tu conclusión es que no, te acabamos de dar unas cuantas pistas para que cambies de estrategia y consigas que tus ventas aumenten.