Si diagnosticas, predicas
El experto estilista ha hecho del diagnóstico capilar su mejor arma de seducción. Si diagnosticas, predicas... Y obtienes resultados asegurados y acólitos que te seguirán por siempre (oye, ¡cómo en las películas!)
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En noviembre por una causa justa
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El uso del formol, ¿peligroso o no?
El término formol es uno de los más controvertidos actualmente en el sector de la peluquería. El eslogan '100% libre de formol' es utilizado para transmitir la sensación de producto seguro. Sin embargo, poco sabemos de este compuesto químico
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Firma del Convenio Colectivo para Peluquerías e Institutos de Belleza para los próximos 3 años
El nuevo convenio tendrá una duración de tres años y es válido para peluquerías e institutos de belleza, con efectos económicos a partir del 1 de julio
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¿Cómo hacer un diagnóstico certero y cómo explicarlo al cliente que tienes sentado frente al espejo? Ese es el gran dilema para un fin: Quid pro cuo (yo te doy algo, que solo tengo yo, a cambio de algo que solo es para ti, tu uso y disfrute). Vamos que me convierto en el gurú de tu pelo y tú me sigues al fin del mundo, visto lo visto y disfrutando de un pelo, 'pelazo'.
Así de sencillo. A veces, en la vida, o lo haces o pereces en el camino. Y es ahora, más que nunca cuando toca ponerse las pilas.
Ya llevamos años, no solo nosotros, también los expertos, difundiendo las cualidades benefactoras del diagnóstico previo en la peluquería. Antes, antes de empezar, por favor diagnostica. Si no lo haces, a lo mejor el rubio se te convierte en naranja (¡OMG! 'Oh, My God'), el pelo se te parte entre los dedos o en vez de ese brillo supremo que prometiste, éste se vuelve en tu contra y es más un 'Las Supremas de Móstoles' (que no tenemos nada en contra de ellas, por cierto y que quede claro, ¡nos encantan!), que una diva, a lo que aspiras y la imagen que no se le quita de la cabeza a tu clienta.
Tras esta breve nota introductoria no exenta de humor, que nos hace falta, y mucho, centrémonos, vayamos al meollo de la cuestión.
Insistimos, repetimos, reiteramos: "Antes de realizar un servicio es fundamental realizar un diagnóstico para valorar las necesidades del cabello y poder prever las posibles reacciones ante los tratamientos a realizar".
Conocer el estado de todas y cualquier melena, más o menos abundante o no, femenina, masculina, infantil, juvenil, adulta o 'trans', nos permitirá trabajar sobre seguro y alcanzar el éxito sin sobresaltos.
¡Ah! Pero escucha con atención, los estilistas que vienen a continuación, alertan: "Es muy recomendable ir informando al cliente de los pasos que vamos dando, al mismo tiempo que recabamos información sobre hábitos, productos utilizados, tratamientos previos, etc. Cuanta más completa sea la comunicación, más datos obtendremos y más certero será nuestro diagnóstico", la segunda parte de la cuestión.
Nos metemos en faena, ¿cómo hacer un correcto diagnóstico capilar?
"Tocando el cabello, mirándolo e incluso oliéndolo podremos valorar muchos de los aspectos sobre él", dice la estilista Charo García, directora de Salón Ilitia."Sin embargo, también contamos con herramientas que nos proporcionan datos fiables y objetivos como, por ejemplo, cuál es el estado de la corteza, la porosidad, la presencia de elementos químicos de tratamientos anteriores o incluso reacciones alérgicas a determinados productos". Y es que, ojo al dato, la industria de la peluquería también dispone de herramientas y nuevas tecnologías, aparatos y equipos que analizan científicamente el cabello y que te facilitan el correcto y certero diagnóstico capilar. ¡Toma nota!
Y ahora, vayamos por partes. ¿Qué nos interesa conocer del pelo?
Antes de comenzar a trabajar la melena, debemos conocer el nivel de porosidad, es decir, de lo que se trata es de medir la capacidad de absorber la humedad. Cuando el cabello está dañado suele ser muy poroso, ya que la capa exterior de la cutícula está abierta, dejando expuesta la corteza interior. Tal y como nos explica, Raquel Saiz, directora de Salón Blue: "En estos casos, suele estar muy cargado negativamente, mostrándose reseco, deshidratado y con tendencia a romperse. Para valorarlo, cogemos la punta del tallo con los dedos pulgar e índice y la deslizamos hacia arriba, 'a contracutícula', para desde el tacto determinar cuál es su situación".
Al contrario, continúa la experta, "si es suave y brillante es que la cutícula es compacta y dura, por tanto, es poco poroso, puede faltarle humedad y será resistente al tratamiento. Si lo notamos un poco áspero es que es totalmente sano y normal. Si es áspero se debe a que es demasiado poroso, quizá porque haya sido tratado anteriormente. Si apreciamos que es muy rugoso, quebradizo y seco quiere decir que el cabello presenta daños por tratamientos previos que lo han estresado hasta debilitarlo. En este caso, lo recomendable es realizar antes de nada un tratamiento reparador o bien cortar las partes deterioradas". (Menuda clase magistral, datos a memorizar, ¿no crees?).
Pero hay más. Segundo paso. Otra de las pruebas diagnósticas que nos facilita un diagnóstico fiable es el análisis del diámetro del pelo, que nos dirá la resistencia o no a los diferentes tratamientos y, por tanto, la idoneidad de recibir o no un tratamiento, tanto regenerador como de color. Lo podemos hacer manualmente o bien con un aparato específico. El cabello fino suele cargar con un exceso de grasa, en cambio, el grueso puede necesitar más tiempo para reaccionar al tratamiento. También es importante fijarnos en la elasticidad, ya que nos puede dar pistas de cómo está la corteza. La clave de un cabello sano, dice Anna Barroca, directora de Anna Barroca Perruquers, está en su elasticidad. "Un cabello muy elástico se identifica cogiendo un mechón con los dedos pulgar e índice y estirándolo -dice Barroca-, sabremos en qué situación se encuentra. Un cabello sano se estirará por encima de su longitud y volverá a su tamaño original, el dañado no suele recuperar de forma completa y el seco o quebradizo puede romperse al tensionarlo".
Que no se te olvide la prueba de alergia
¡Ay! La prueba de alergia. Personalmente, la que aquí suscribe, en sus muchos años de ir a la peluquería, jamás ha disfrutado de la seguridad ni la admiración que suscita hacia el profesional una prueba de alergia previa al tinte o decoloración de su cabello. Sí, que quede escrito. Y mira que lo escuchamos y leemos veces y veces: "Previamente, realiza una prueba de alergia". La frasecita de marras está presente en cualquier advertencia del etiquetaje de las coloraciones y en todo manual de aprendizaje.
Hay un profesional por el cual sentimos mucha admiración, al igual que nos ocurre con el resto de todos los que aparecen aquí, que dice: "Antes de aplicar la coloración, una prueba de alergia nos permitirá trabajar con más tranquilidad, por eso es recomendable realizarla incluso con productos que ya hemos utilizado previamente con esa persona. Hay que hacerla unas 48 horas antes en un área de 1 cm por 1 cm en la parte interior del codo y dejarlo al aire sobre la piel unos 45 minutos para lavarlo a continuación con agua tibia. Normalmente si no se produce una reacción alérgica, podemos proceder tranquilos, aunque es imposible prever totalmente que sí se produzca una reacción en el futuro" (aviso para navegantes). Habla Christian Ríos, director de Christian Ríos Hair Couture.
¿Cabello limpio o con restos?
Otro de los aspectos a tener en cuenta a la hora de diagnosticar es comprobar y medir la presencia de restos de productos de otros tratamientos en el cabello, sobre todo con aquellos de coloración de uso doméstico, ya que no solo pueden perjudicarle, sino también incidir en nuestro resultado final.
Así lo explica el propio Ríos: "El uso de correctores de color deja residuos químicos de sales metálicas que pueden hacer que el cabello vea alterado su color, tirando a tonos verdes o rojizos, por ejemplo, o se caiga cuando se combina con peróxido de hidrógeno. Conocer el historial de tratamientos que ha recibido una melena es imprescindible para no encontrarnos con sorpresas indeseables y así poder realizar las correcciones pertinentes".
Por este mismo motivo, y ahí va otro consejo, crear un registro de los diagnósticos de cada cliente nos facilitará el trabajo a lo largo del tiempo. Todo dato que apuntemos nos será de gran utilidad también en el futuro, ya que el diagnóstico es la base de cualquier servicio que realicemos en el salón.
Punto y final. A partir de aquí el resto recae bajo tu propia responsabilidad...
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