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Entre costuras y brocados, así hemos pillado hoy a Christian Ríos, con las manos a rebosar de puntadas de hilos confeccionadas, dadas y presentadas al casting de uno de los concursos, formato show, más talentosos, del cual ha quedado finalista, el del programa 'Maestros de la Costura' que busca al mejor modisto amateur de España y que produce RTVE con Shine Iberia.

A Christian esto de tejer y entretejer, de hacer de la aguja el ojo por el que pasa el hilo, todo hay que decirlo, parece no suponerle esfuerzo alguno. Y si no, a las pruebas me remito, estilista en idilio con la belleza desde todas sus vertientes posibles e imposibles, me atrevo a decir, no solo se maneja entre telas sino entre cabelleras de las cuales y todas ellas obtiene el máximo exponente y mejor imagen. Para muestra, Betta y New Wave, sus dos primeras editoriales, merecedoras de una de las portadas más icónicas de nuestra revista, GH, Gallery-Hair. Aplaudida a rabiar y sorprendente en igual medida, que nos deja, para deleite de los sentidos, absortos en la contemplación de su pericia e ingeniería, esa que a golpe de mechas y mechones finaliza en confabulación para tocar el cielo, con la admiración de quienes se acercan y contemplan sus creaciones.

De ahí que no nos extrañe, en absoluto, su vínculo con los patrones y puntadas. Y esa simbiosis entre ambos mundos que Christian funde en comunión, pelo y patrones, artífice con Betta y New Wawe de un capítulo épico de la historia de nuestra peluquería para goce y disfrute de profesionales y clientas.

Al frente del salón de su mismo nombre, entregado en cuerpo y alma a lo que hace y resulta de su compromiso con la peluquería que abriera en Vilanova I la Geltrú hace ya casi cerca de tres años. Antes, rodaje y perfeccionamiento, desde 2005, que empezara a trabajar con una de las franquicias de Raffel Pagés en Barcelona, "junto a Clemente y comenzando desde abajo y estudiando a la vez". Dice Christian que lo suyo ha sido una historia, un idilio de perfeccionamiento continúo: "Nunca dejé de formarme en la profesión, en el salón, con cursos, en casa, en on-line, físicamente... Viajando fuera de España, Londres, París y con distintas marcas..."

Beauty Market: El tiempo suficiente Christian, tres años al frente de tu salón, para contarnos cómo ha sido esta etapa como empresario del sector. ¿Qué ha sido lo más complicado de este proyecto?
Christian Ríos: Lo más difícil a día de hoy ha sido saber gestionar el tiempo. El tiempo necesario para poder atender a los clientes y a su vez sacar adelante todo el papeleo que conlleva ser autónomo, empresario de un salón de peluquería. Por lo demás, estoy satisfecho y muy contento. En este momento somos dos personas trabajando, quizá necesitara más, pero la cuestión de los equipos es un tema complicado. Me refiero a que sean capaces o seas capaz de convertirlos en la extensión de ti mismo.

B.M.: ¿Por qué tu apuesta por el mundo editorial y por qué decides embarcarte en la elaboración de tus dos primeras colecciones, Betta y New Wave?
C.R.: Aquí tengo que decir que me dejé asesorar en todo momento por David Arnal, al que todos conocéis, un fotógrafo excepcional que destaca además por esa relación tan cercana que mantiene con los profesionales de la peluquería. Lo que tenía claro es que quería un buen fotógrafo y un buen maquillaje. A partir de ahí, el resto y el principio fue solo cuestión de inspiración.

B.M.: La imagen y técnica de Betta y New Wave son absolutamente rompedoras y emocionantes al contemplar el resultado. Mucho rapado, mucha geometría, acompañada también con stamping en materia de color.
C.R.: Si, la verdad es que sí. Fue en realidad una apuesta por la fusión, entre moda y naturaleza, ésta última de la cual también soy un apasionado. Me inspiré mucho en la corriente punk de los 70 en Londres, en lo referido a cortes, con rapados efectivamente y efecto cresta. Y en el tema de color tomé como referencia en el pez Betta, de ahí el nombre de la colección, un pez tropical en el que basé el color y el efecto del mismo en el cabello. Y con otro referente, Vivienne Westwood, una diseñadora que me encanta y una de las artífices de la moda y estética Punk y el New Wave británicos.

B.M.: ¿Te imaginabas un resultado como éste?
C.R.: (Ríe abiertamente, antes de contestar.) La verdad es que no, porque no lo visualizaba, sinceramente. Sí veía en mi cabeza los cortes y los colores pero desconocía y no conceptuaba el global, unido al maquillaje, los accesorios, el vestuario, la puesta en escena... Te confieso que el resultado fue mejor de lo que me esperaba, y más para ser mi primera incursión en el mundo editorial de la peluquería.

B.M.: Has citado a David Arnal, Christian, un gran fotógrafo, efectivamente y una persona encantadora, ¿qué papel juega la fotografía en un trabajo como el que tú has hecho?
C.R.: Un papel fundamental. Como dicen, una imagen vale más que mil palabras. Y pienso que la imagen final, es el fiel reflejo de tu pensamiento y obra. Y si consigues que ésta sea buena, excelente, ya lo tienes casi todo ganado. El culmen del esfuerzo, el gran esfuerzo y trabajo que hay detrás, y más cuando no lo has hecho antes nunca, acumulándose además los nervios, la tensión, la incertidumbre de cómo será lo que resultará de ello.

B.M.: ¿El haber logrado hacer dos colecciones de tal calibre, ha conseguido también satisfacer tus necesidades en cuanto al diseño?
C.R.: En realidad, mi pasión y conocimiento del diseño y la costura y el patronaje, mi pasión por la moda me ha ayudado también a la visualización de ambas colecciones, aunque a la vez, he de decir, es cierto que ha despertado en mí aún mayor deseo por la confección, el patronaje, el mundo de la pasarela y la alta costura.

B.M.: Un deseo cumplido, la apertura de tu salón, un segundo horizonte cubierto, la creación de una colección y otro tercero en marcha, el de continuar tu pasión por el diseño, ¿qué es lo siguiente Christian?
C.R.: Sinceramente, en lo que pienso y deseo es en seguir aprendiendo, mejorando, continuar desarrollando y ampliando mis conocimientos y expectativas tanto en la peluquería como en la moda.

B.M.: ¿Tú crees entonces que la peluquería es moda?
C.R.: Sí, sin lugar a dudas. No hay moda si no hay peluquería y no hay peluquería si no hay moda.

B.M.: Acostumbrado a los concursos de ambas esferas, moda y peluquería, ¿crees que estos últimos, en lo referido al sector que nos ocupa, promocionan y proyectan al profesional peluquero?
C.R.: Creo que sirven para dar a conocer, en el caso de concursos internacionales, el nivel de la peluquería que se hace en nuestro país, que es muy alto. En lo referido a la proyección que supone para el propio profesional, sinceramente, no lo sé. Sí puedo decir que quien se preocupa por estar informado conoce a los ganadores, sus trabajos, lo que hacen y que por supuesto, un premio siempre aporta mayor prestigio, pero no puedo decirte cuál es en realidad la repercusión mediática a pie de calle en general; sí, por supuesto, en tu propio salón, donde lo transmites a tus clientes y enseñas tu galardón.

B.M.: ¿Cómo es tu salón?
C.R.: Bueno (y vuelve a reír, sin estridencias, Christian es un hombre risueño y tranquilo), me dicen que es una mezcla de salón parisino y londinense (mantiene su sonrisa mientras piensa). Es muy industrial a la vez que muy acogedor, con techos de cuatro metros y vigas recorriéndolo, unión de madera y metal, incluso con jardín interior.

B.M.: Es decir, que has cuidado mucho el detalle, no nos extraña, dada tu pasión por las artes y el diseño, a la hora de elegir la decoración. C.R.: Sí, por supuesto, es necesario transmitir un concepto y a su vez hacerlo acogedor. Además, nos preocupamos continuamente por mantenerlo y renovarlo.

B.M.: ¿Y cómo es tu estilo atendiendo y peinando?
C.R.: Somos un salón unisex en el que se trabaja tanto hombre como mujer y en el que nos adaptamos a cualquier estilo, lo mismo uno muy rompedor y vanguardista como otro considerado clásico. Nos aamoldamos muy bien y lo manejamos todo.

B.M.: Y Christian, personalmente, dónde se encuentra más a gusto, ¿con la tijera, el color o el cepillo?
C.R.: Me gusta todo, sinceramente. Me encuentro igual de a gusto cortando, que dando color como haciendo un acabado, al cual considero fundamental.

B.M.: Dime una figura de la peluquería que admires y otra de la moda por la que sientas lo mismo.
C.R.: En peluquería, muchos, pero quizá los grandes de la peluquería anglosajona, Vidal Sassoon o Toni and Guy, por ejemplo. Y en moda, Chanel, Christian Dior, Yves Sant Laurent...

B.M.: ¿Abandonarías la peluquería por el mundo de la moda?
C.R.: No lo sé (exclama). De hecho, no sé si sería capaz de vivir sin la peluquería.

B.M.: ¿Pensando en más colecciones?
C.R.: Por supuesto, en ello estoy embarcado.

B.M.: ¿De dónde nace la inspiración para hacerlas? ¿Te quedas alguna vez en blanco?
C.R.: De todas partes, la verdad. Sí, en algún momento me quedo en blanco, pero es algo muy fugaz. Rápidamente me llegan las ideas, de cualquier lugar. Soy una persona muy creativa, miro a alguien, me fijo en ella y ¡zas!, de repente ya estoy pensando en qué podría salir de ahí. De los paisajes, a través de las ventanillas del tren, de un libro, una imagen, una pantalla. La moda, mi pasión y conocimiento de la misma me ayuda también mucho a ello.

B.M.: ¿Qué papel desempeña la explosión de lo digital, las redes sociales y el 2.0 en la inspiración de un peluquero?
C.R.: Un papel absolutamente destacado, te proporciona y es una herramienta continua de formación.

B.M.: ¿De la peluquería se vive?
C.R.: Sí, sin duda, a mi ejemplo me remito. Siempre, con el trabajo bien hecho.