La colorimetría es una herramienta esencial en el ámbito de la peluquería y el asesoramiento de imagen. Se trata del estudio del color aplicado a diferentes aspectos, como el cabello, el maquillaje y el estilismo, permitiéndonos encontrar los tonos que más favorecen a cada cliente. "La colorimetría es como el GPS de la belleza", dice Adrián Pardo, director de Adrián Pardo Hair Studio. "Si seguimos la ruta correcta, llegamos a un destino espectacular." A través de diversas técnicas, analizamos los tonos predominantes en la piel, el color de ojos y la tonalidad natural del cabello, para así ofrecer un servicio más personalizado.
Las estaciones del color
En términos generales, la colorimetría se divide en cuatro categorías que se asocian a las estaciones del año, según la teoría de Carole Jackson. Estos grupos son: primavera, verano, otoño e invierno, y se caracterizan por los colores dominantes en el cabello, piel y ojos de la persona.
- Primavera: tonos cálidos y claros.
- Verano: tonos fríos y claros.
- Otoño: tonos cálidos y oscuros.
- Invierno: tonos fríos y oscuros.
Cada categoría tiene sus propios colores que favorecen a quienes pertenecen a ella. "Recuerdo a una clienta que, al cambiar a un color violín, se sintió como una estrella de cine", comparte Adrián. "El poder de la colorimetría es mágico." Por ejemplo, mientras que los tonos rubios ceniza pueden ser ideales para quienes se clasifican como verano, no serán favorecedores para una persona de invierno.
¡Encuentra la paleta perfecta!
Para conocer la colorimetría de tu cliente, es crucial observar los matices del cabello y la piel. En los procesos de coloración, es fácil que el cabello tienda a tonos cálidos, que no siempre son favorables. "Una clienta de invierno no se va a sentir bien con un rubio ceniza o arena, ya que estos tonos contrastan poco con su piel; sin embargo, un color violín puede ser una excelente opción", explica Adrián.
A continuación, el experto nos cuenta algunos trucos prácticos para determinar la colorimetría de tu cliente:
- 1. Observación de las venas: Echa un vistazo a las venas en sus muñecas. Si observas que son verdosas, es probable que encajen en la categoría cálida; si son más azuladas, es posible que sean frías.
- 2. Análisis del cabello al natural: examina su cabello bajo la luz del día. Esto te permitirá ver cómo se refleja el color real de su cabello y qué matices predominan.
- 3. Evaluación del bronceado: Fíjate en cómo se broncea su piel. Si adquieren un tono dorado al tomar el sol, es probable que sean cálidas. Por el contrario, si su piel se oscurece hacia tonos más apagados o azulados, entonces es más probable que sean frías.
La importancia de la colorimetría en peluquería
Es fundamental que los profesionales de la peluquería utilicen la colorimetría como una herramienta para lograr resultados óptimos. "Conocer la estación de nuestro cliente es como tener un superpoder. Podemos ofrecer un asesoramiento preciso y recomendar un look que realmente le favorezca", dice Adrián. Por ejemplo, las personas de primavera y verano suelen beneficiarse de tonos rubios, mientras que quienes se identifican con otoño o invierno deberían evitar los tonos cálidos, como el cobre o el dorado. "Evitar errores comunes, como la elección de un rubio ceniza para una clienta de invierno, es clave para asegurar que el resultado final sea armonioso y favorecedor", advierte Adrián.
Entender la colorimetría no solo mejora la apariencia, sino que también potencia la confianza de nuestros clientes. "Cada vez que un cliente sale del salón con una sonrisa y un nuevo look, sé que he cumplido mi misión", concluye Adrián.