Llega, ya está aquí, el verano y sus condiciones extremas, que afectan, y mucho al cabello.

Por eso nada mejor que recurrir a los expertos, quienes elaboran la Guía del Verano en Cuidado Capilar, con 8 consejos ideales para tus clientas. Es en esta ocasión Eduardo Sánchez, director de la Maison Eduardo Sánchez, quien los enumera.

La Guía del Verano en Cuidado Capilar

DOBLE ESCUDO.
Lo que implica el uso de protectores solares que salvaguarden el cabello del solo y otras agresiones, pero también de gorras, sombreros o pañuelos que supongan un escudo físico a tantos y tan continuos enemigos. Hay que tener en cuenta que cada agente externo afecta al cabello de una determinada manera: la radiación UV altera los pigmentos de color del pelo, reseca mucho y fragiliza la queratina además de robar a las melenas todo su brillo. El viento enreda el cabello, lo ensucia más y provoca que al desenredarlo, la fibra sufra y se vaya debilitando. La arena irrita mucho el cuero cabelludo y provoca sensibilidad. El cloro modifica el color y seca el pelo atacando a las grasas naturales protectoras del cabello. La sal marina, por su parte, cristaliza sobre la fibra capilar y abre las puntas. El calor también inflama e irrita el cuero cabelludo y resta nutrición.

AL SALIR DEL AGUA, ¡CUIDADO CON LOS PEINES!
Justo después del baño el cabello es especialmente frágil, por eso, antes de desenredarlo, es necesario aplicar un acondicionador sin aclarado o el mismo protector solar capilar, para ayudar al desenredado mientras se nutre el cabello. Hay que hacerlo siempre con un peine de púas anchas y evitando tirones que puedan romper la fibra.

LAVAR EL PELO TODOS LOS DÍAS AHORA SÍ ES OBLIGATORIO.
Lo mejor, olvidarse de todas esas recomendaciones de que lavar el cabello a diario es malo. Tanto si lo has sumergido en el agua del mar como en el de la piscina, es imprescindible lavar bien el pelo para eliminar restos de salitre o de cloro. ¿El mejor aliado? Un champú purificante pero suave y de uso frecuente y acompañarlo siempre de un acondicionador, con o sin aclarado o de un aceite o serum, según los gustos.

MASCARILLA, ¡SÍ, MUCHA! Y EN SECO.
Mínimo dos veces por semana hay que aplicar una mascarilla capilar que repare e hidrate en profundidad el cabello, pero el truco está en hacerlo en seco. No importa tanto el tiempo de exposición -basta dejarla entre 10 -15 minutos- , como hacerlo en seco antes de lavar el cabello, porque el agua impide que el producto penetre en la fibra capilar y no sirve para nada.
Después de aplicar la mascarilla, lavar el cabello de forma habitual.

¿CABELLO COLOREADO? EXTREMA LAS PRECAUCIONES.
Los cabellos teñidos o con mechas sufren especialmente en verano: son más porosos y por lo tanto más sensibles a las agresiones externas.
Los rubios claros se oxidan mucho y los rojos son los más sensibles a la pérdida de tono. Por eso el uso de champú, acondicionador o mascarilla con pigmentos se hace imprescindible.

Justo después del baño el cabello es especialmente frágil, por eso, antes de desenredarlo, es necesario aplicar un acondicionador sin aclarado o el mismo protector solar capilar, para ayudar al desenredado mientras se nutre el cabello.

SI ERES RUBIA, BAJA LA INTENSIDAD.
Es recomendable que antes de los días de sol y playa, en la última visita al peluquero, se apueste por un rubio algo más oscuro porque la exposición solar, el cloro y el salitre ya aclaran de por sí el cabello.
Con especial atención a los rubios dorados y miel que son los que más se aclaran y tornan hacia tonos indeseados. Los rubios beige y platino sobreviven mejor porque el verano los potencia.

PIGMENTOS, AHORA OBLIGADOS.
Los champús, acondicionadores o mascarillas con pigmentos ahora , sí o sí, serán los mejores aliados imprescindibles si se trata de cabello coloreado o con mechas. Utilizados según los consejos del estilista y fabricante, su acción es fundamental para mantener la intensidad del color y el brillo a salvo de las continuas agresiones que el verano supone para tu cabello y para neutralizar los tonos indeseados.

SER FIEL.
Mejor, no ir a un salón diferente durante las vacaciones. Los mayores desastres de color ocurren cuando se busca una peluquería para un retoque de emergencia en tu destino de veraneo... Es entonces cuando la catástrofe está casi asegurada. Si es imprescindible, lo mejor que el estilista de confianza siga siendo la figura a la que recurrir y preguntarle la fórmula que utiliza en sus trabajos de color, el margen de error disminuirá.









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