Las relaciones personales dentro de una empresa familiar son, con frecuencia, especialmente difíciles y complicadas. En ocasiones, el exceso de confianza y el cruce de sentimientos convierte el trabajo diario en un incómodo motivo de conflictos, si bien existen pautas y comportamientos que muchas empresas familiares han sabido utilizar con éxito.

Las empresas familiares más grandes y exitosas del mundo han sabido diferenciar los problemas de origen familiar de los comerciales. Es este un camino recomendable para evitar los conflictos que la interacción entre estas dos organizaciones puede provocar. Las decisiones que bajo la óptica de una lógica empresarial son importantes para los negocios, no siempre coinciden con las que se privilegia bajo una lógica familiar. Por ejemplo: la creación de puestos para parientes, la designación de posiciones gerenciales para los hijos, la conducción verticalista basada en las jerarquías familiares, etc., podrían ser acciones justificables desde lo familiar, pero irracionales en cuanto a lo propiamente empresarial.

Una empresa familiar no tiene por qué ser forzosamente de pequeñas dimensiones, también puede ser una mediana empresa o puede incluso ser una multinacional. Sony es una empresa familiar resultado de 16 generaciones, y hasta el día de hoy le seguimos comprando los coches a la familia Ford, y usando los jeans de Levi's. Shell, que es el mayor emporio petrolero del mundo, es de una familia, como así también Matsushita. O sea que el mito de que la empresa familiar es una PyME, es mentira. Lo que no quiere decir que la mayor parte de las empresas familiares esté dentro de las PyMEs.

Un 40% de las empresas familiares alcanza la segunda generación y solo el 15% llega a la tercera. Los motivos que provocan esa particularidad suelen ser el cese, la venta, la falta de competitividad, así como los problemas que surgen en el seno de la propia familia. Datos de interés a tener en cuenta para evitar en lo posible que se cumplan dichas estadísticas.