Tras nuestra presencia en la feria del sector en Chile, Cosmosalón, hemos podido analizar el mercado de la peluquería nacional con resultados sorprendentes: en un país con más de 16,5 millones de habitantes, existen aproximadamente unas 15.000 peluquerías en todo el territorio nacional, el 60% de ellas centradas en la capital, Santiago de Chile. Sin embargo, apenas existen fabricantes de productos, utillaje, mobiliario, etc., y los pocos que existen trabajan a pequeña escala, por lo que la gran mayoría de distribuidores optan por firmas extranjeras, e incluso algunos se saltan las firmas establecidas y acuden directamente a fabricantes chinos o marcas blancas, mucho más baratos.

En España todavía no se ha llegado a este punto, pero es un peligro que podría ocurrir. Cada vez son menos las empresas nacionales que fabrican, especialmente utillaje, aparatologías, mobiliario y anexos, y muchas de ellas pierden negocio cuando los distribuidores y clientes optan por buscar productos de calidad con precios más competitivos en China.

¿La culpa es de los clientes y distribuidores por acudir al recurso fácil y barato de los fabricantes chinos? ¿O es culpa de los fabricantes locales el no ofrecer productos de calidad y a precio equilibrado que consigan que el mercado se quede dentro de las fronteras?

La situación del mercado es muy difícil a nivel global, pero es importante no dejarla morir. La presencia de empresas fabricantes nacionales, sean grandes o pequeñas, ayuda a que el mercado sea más diverso y competitivo para todos, manteniéndose atractivo para clientes locales y externos. Si el mercado se estanca, la única salida es la importación, y ningún mercado es sostenible a la larga si adquiere todos sus activos del exterior.

La creación de un mercado interno apropiado nos obligará a desembarazarnos de la oposición al cambio, del tradicionalismo, de las rigideces que nos hacen perder posición en los mercados mundiales y frenan nuestro desarrollo económico. Ésta es la única manera de crear empleos y riqueza