Uno de los grandes problemas del sector profesional de la belleza es la falta de unión, un tema que por ejemplo hemos resaltado otras veces a raíz del exceso de ferias que se celebran en el país. Este individualismo no solo no reporta apenas beneficios, sino que más bien supone un perjuicio para el sector en general, que ve cómo sus recursos limitados se estiran y se reparten hasta quedar prácticamente inservibles.

Fruto de esta preocupación y con la intención de proteger los intereses del sector de la producción cosmética nace Beauty Cluster Barcelona, una asociación de firmas dedicadas a la belleza que buscan la colaboración y el trabajo en común para promover sus proyectos y mejorar la competitividad de las empresas en el mercado nacional e internacional. Como bien dice el proverbio, la unión hace la fuerza, y este tipo de instituciones ayudan al crecimiento del sector en beneficio de todos. Sin embargo, si bien pasa ahora a manos privadas, esta iniciativa nació en el seno del gobierno de Catalunya, algo que en futuras asociaciones debería evitarse, puesto que los intereses del sector privado no es recomendable que nazcan en el seno del sector público.

Aunque el Beauty Cluster esté destinado solo a empresas, este tipo de iniciativas debería servir de ejemplo también para el resto de participantes del sector de la belleza, desde la más novel de las esteticistas. Dividir el sector solo sirve para hacerle perder fuerza cuando necesita protegerse, por ejemplo, frente a la subida de los impuestos. La acción de una sola persona puede ser pequeña y parecer inútil, pero juntando el ímpetu de muchas personas, se puede lograr conducir al sector allí donde mejor se va a desarrollar.