Lluís Llongueras recibió un homenaje la semana pasada en el Gran Teatre del Liceu con motivo de los 60 años de profesión. Casi nada, ¿verdad? Toda una vida dedicada a una profesión. A eso hay que calificarlo de amor y pasión sin límites por una labor.

La firma Revlon Professional y una selección de amigos, familiares, compañeros de profesión, políticos y prensa, entre otros, le rindieron homenaje con su presencia para tan señalada fecha. Un momento muy especial en el que la profesión, como pocas veces, se une para tan noble fin como es el reconocimiento profesional y personal hacia alguien al que se admira y aprecia.

No vamos a descubrir desde estas líneas el papel que ha representado Lluís Llongueras para la peluquería en España y a nivel internacional la figura de este emprendedor nato, al que su caligrafía le define básicamente como un hombre con un gran sentido práctico de la vida, una sensualidad muy marcada y materialista. Ha publicado cantidad de libros sobre su profesión, dirigido diversos equipos y salones propios así como franquicias, ha pisado numerosos escenarios por todo el mundo, desarrollado nuevos métodos y técnicas de profesión, se ha atrevido a trabajar con la escultura, la pintura, además de ser un hombre polifacético y mediático por naturaleza que le ha proyectado una personalidad pública y profesional a veces controvertida. Llongueras es sinónimo de no pasar desapercibido por donde pasa.

Lluís Llongueras, claramente emocionado, dirigió unas palabras de agradecimiento a todos los presentes, de sentirse orgulloso por haber contribuido al desarrollo de la peluquería, con palabras de afecto especialmente para su hermano Enric Llongueras y expresando su actual estado de visible felicidad por contar con su mujer, Jocelyn Novella, y familia con la que cuenta y disfruta plenamente en estos momentos. Éxito profesional y felicidad personal, ¿qué más se puede pedir? Enhorabuena.