Hace unos días apareció en la prensa un artículo que llamaba la atención por su titular: "Un experto asegura que las cremas antiarrugas, antiestrías, anticelulíticas o reductoras no funcionan". El "experto" resultó ser un jefe de una unidad de dermatología de una clínica madrileña. Así que ya os podéis imaginar el porqué del titular y sospechar sobre las intenciones del artículo...

Efectivamente, el doctor rechaza los llamados efectos láser, bótox o lifting que dicen tener algunas cremas o tópicos antiestrías o anticelulíticos porque según él, no funcionan... y que estos nombres son puramente estrategias de marketing: "No existe una crema cosmética que contenga toxina botulínica, no hay cremas que tengan efectos láser, una crema no puede tener un efecto lifting ni puede conseguir efectos similares a una dermoabrasión". No contento con ello, declara que "los efectos de los cosméticos son limitados. Ninguna crema es capaz de reafirmar ni de eliminar una arruga. (…) Tampoco se ha demostrado que una crema sea capaz de reducir la grasa".

No negaremos que muchos de los productos cosméticos van acompañados de eslóganes un poco confusos. Lógicamente por eso utilizan el término "efecto", para subrayar que esos productos ofrecen un resultado parecido o similar al que se da por ejemplo con el uso del bótox o un tratamiento de lifting.

Además, decir que los efectos de los cosméticos son limitados es decir una sandez. Las cremas y demás productos de uso tópico tienen una acción limitada, eso lo sabe todo el mundo, pero negar sus efectos es de una simpleza supina. Todos sabemos que no se venderían cosméticos si su acción fuera solamente un placebo...

Las propiedades de la mayoría de cosméticos se basan en unos activos hidratantes, nutrientes, reafirmantes, tonificantes y, efectivamente, mejoran la circulación sanguínea, el cuidado y la salud de la piel, por tanto no sólo son efectivos, son además preventivos y una fuente de bienestar corporal.