Entre estos dos términos existe una gran diferencia. Estábamos acostumbrados a gastar y consumir por doquier, no nos importaba hacerlo; es más, disfrutábamos con ello... pero como todo, nada dura para siempre.

El mercado y la situación actual nos exige no gastar, pero ahora más que nunca necesitamos invertir, y hacerlo bien.

Pongamos un ejemplo:
necesitamos renovar el mobiliario de nuestro salón. ¿Cuáles son las claves para llevar a cabo una inversión en lugar de un gasto?
1. Averigua qué tipo de salón quieres, qué estilo, qué imagen quieres dar y qué necesitas.
2. Márcate un presupuesto y piensa que a veces es mejor invertir en dos piezas buenas que en todo un salón que dentro de tres años te exigirá cambiarlo de nuevo.
3. Recaba toda la información posible sobre las marcas que asesoran y venden mobiliario y equipamiento para salones de peluquería.
4. Localiza donde están aquellas marcas que te han interesado y si disponen o no de un Showroom donde poder ver en directo el material.
5. Averigua directamente de qué marca se trata y si es un distribuidor oficial avalado por la fábrica. Esto es vital para llevar a cabo una compra feliz.
6. Visita los showrooms de aquellas marcas que más se acercan a tus gustos y preferencias, y comprueba personalmente el material, la calidad, los acabados, etc.
7. Desconfía de empresas/distribuidores que solo venden por catálogo o por Internet.
8. Pregunta cuánto tiempo llevan trabajando la marca, si disponen de servicio posventa (repuestos, asistencia, plazos de entrega cerrados, etc.). Lo que pagas no es solo lo que recibes, sino todo lo que implica a posteriori.
9. Desconfía de precios chollo que no son más que estrategias basadas en el aumento del precio para ofrecer un súper descuento y así hacernos creer que se trata de una oportunidad única.
10. Exige una garantía mínima de dos años y desconfía de aquellas empresas que no te lo proporcionen.

En definitiva, afina tu olfato, exige todo tipo de garantías y responsabilidades y no gastes por impulso fijándote solo en el precio; el precio es solo lo que pagas, el valor es lo que recibes.

La sensación no es cuánto he gastado, sino cuánto he invertido. Una buena compra es siempre una inversión segura.