Brittoni es una mujer de 22 años del estado de Ohio, en Estados Unidos, que apareció en el popular programa "My Strange Addiction" para confesar en público su adicción: comer maquillaje.
Según explica Brittoni, probó el maquillaje de su madre por primera vez a los nueve años, y desde entonces no ha podido parar. Una de las explicaciones que da para ello es que desea sentirse bella por dentro igual que por fuera, pero reconoce que es más bien como desear un dulce favorito. También asegura que los colores blanco, gris y marrón saben mejor que el resto de colores.
Brittoni gasta unos 200 dólares a la semana en el maquillaje que se come, y llega a consumir de 15 a 20 sombras de ojos durante el día.Los doctores le han advertido del grave problema para su salud que supone ingerir estos productos no comestibles, en especial porque contienen sustancias muy nocivas como plomo, níquel y arsénico. De hecho, desarrolló una enfermedad cardíaca a los 12 años y su médico está prácticamente seguro de que tiene relación con su problema con el maquillaje.
Brittoni compra el maquillaje en el supermercado, y lo prueba siempre antes de adquirirlo para no llevarse uno que no le guste. Gasta unos 200 dólares a la semana en el maquillaje que se come, y llega a consumir de 15 a 20 sombras de ojos durante el día.