Desde 1995, Herbert Chávez sólo vive por parecerse a Superman. Su pasión, por llamarlo de alguna manera, comenzó con coleccionar todo tipo de objetos del superhéroe de DC-Comics. Su frenética actividad llegó a tal extremo que su casa es todo un museo dedicado a Superman, con objetos, posters, figuras y un largo sinfín de artículos. Pero no contento con ello, empezó a transformar su cuerpo para parecerse al héroe. Así, se realizó diversas cirugías plásticas en toda su anatomía.
En su rostro se ha realizado implantes en barbilla, pómulos, mentón, una rinoplastia para transformar su nariz oriental y un relleno de labios. Para aparentar la fortaleza del hombre de acero y conseguir esa musculatura, tenía dos caminos. Uno pasaba por vivir en un gimnasio. La otra vía era más cirugía. Así que, ni corto ni perezoso, se realizó una operación para tener un abdomen más firme y musculoso, así como implantes en caderas, muslos y trasero.
Al ser filipino, también se dio cuenta que su tono de piel era más oscura que el personaje, por lo que también se realizó un tratamiento de blanqueamiento de piel.
El tema de la altura lo solventará en breve, pues ya ha pedido hora para someterse en Japón a una operación donde le insertarán metal entre los huesos de las piernas para ser tan alto como su ídolo.
El problema que no tiene solución es el de conseguir los poderes sobrehumanos de Superman. Y aunque volar o levantar toneladas de peso no entra en sus próximos planes, sí ha decidido vivir para hacer el bien a las personas. De esta forma, Chávez se dedica a enseñar a los niños a realizar buenas acciones, y ayuda en todo lo que puede a sus paisanos de la ciudad de Calambá de forma altruista.