El nuevo estudio de la Universidad Carnegie-Mellon, con sede en Pittsburgh (EE UU), desvela un aspecto particularmente interesante de los efectos que la meditación consciente tiene en el cerebro. Tal y como se puede leer en la revista Biological Psychiatry, donde ha sido publicado, los científicos sugieren que la meditación puede afectar a la capacidad de este órgano para crear, deshacer o reorganizar las redes neuronales, provocando nuevas conexiones entre ellas.
El experimento se llevó a cabo con 35 personas estresadas y desempleadas. Un grupo recibió un programa de meditación intensiva durante tres días, mientras que otro solamente participó en sesiones de relajación, sin meditar. Cinco minutos antes de iniciar sus actividades, los voluntarios fueron objeto de un escáner. Las muestras de sangre también se llevaron a cabo antes del inicio de las sesiones y después de cuatro meses.
Cambios en un marcador de la inflamación
Se observaron cambios cerebrales en el primer grupo, a diferencia de los participantes que habían seguido un programa de relajación. Para los investigadores, estas modificaciones relacionadas con la meditación consciente producen un cambio en el nivel de la interleucina 6, un marcador biológico de la inflamación, lo que mejora la capacidad del cerebro para manejar el estrés y sus efectos (como problemas inflamatorios).