"La ocasión hay que crearla, no esperar
a que llegue".
Sir Francis Bacon, Vizconde de
St Albans KC, canciller de Inglaterra,
fue un célebre filósofo, político,
abogado y escritor (1561-1626).
El Día de San Valentín es una celebración tradicional de países anglosajones que se ha ido implantando en otros países a lo largo del siglo XX, principalmente en la que las parejas de enamorados expresan su amor y cariño mutuamente. Se celebra mayoritariamente el 14 de febrero, onomástico de San Valentín, si bien hay otros países como Argentina, Bolivia y Brasil que lo conmemoran los días 20 de julio, 23 de julio y 12 de junio respectivamente. Es conocido como Día de los Enamorados y en otros países como Día del Amor y la Amistad.
El cuándo de tal celebración no está muy claro y hay varias teorías. Desde que a principios de 1840 en América del Norte se empezaron a vender masivamente las postales en forma de corazones o de cupidos llamados "valentines", a que en los países nórdicos es en estas fechas cuando se empiezan a aparear y emparejar los pájaros.
El origen proviene del siglo III, cuando San Valentín era un sacerdote que ejercía en Roma. Gobernaba el emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes porque en su opinión los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras. El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador. Celebraba en secreto matrimonios para jóvenes enamorados y de ahí se popularizó que San Valentín fuera el patrón de los enamorados. Al final éste fue martirizado y ejecutado el 14 de febrero del año 270. En España parece ser que fueron los grandes almacenes Galerías Preciados quienes lo impulsaron a mediados del siglo XX con la finalidad de incentivar la venta de regalos.
Sea como fuere, es una ocasión interesante para ofrecer servicios especiales, una promoción singular, la venta de productos específicos para el día en cuestión... Además, es importante programarlo y comunicarlo con tiempo a todos los clientes y potenciales clientes, con la finalidad de que puedan aprovecharse de la situación ventajosa. Si se levanta viento habrá que izar la vela.
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