Las temperaturas alcanzan sus máximas durante el mes de agosto y es importante cuidar del maquillaje para que no se derrita en verano. La maquilladora profesional Cristina Lobato tiene las claves para conseguir un make up a prueba de calores extremos.
PREPARAR LA PIEL.
Uno de los primeros pasos de toda esteticista y maquilladora es preparar bien la piel antes del maquillaje. Para esto primero debemos limpiar y tonificar la piel de forma adecuada. A continuación, hidratamos con una crema que cubra las necesidades de nuestro tipo de piel. Como tip extra, la maquilladora recomienda aplicar un gel matificante en la zona T para retrasar la aparición de los brillos.
PRIMERS, LOS IMPRESCINDIBLES EN LOS DÍAS DE MUCHO CALOR.
Los primers para el rostro preparan la piel para una mejor aplicación de la base. "Controlan la grasa y mejoran la luminosidad de la piel. Después de aplicar la base ligera o crema hidratante con color, es importante que la sellemos con polvos", explica Cristina Lobato.
CREMAS CON COLOR.
Según la maquilladora, las bases, sobre todo las densas con núcleo oleoso, no se llevan nada bien con el calor. La sensación de "maquillaje derretido" en la piel se da por la mala relación de los componentes de algunas bases de maquillaje con el sudor. Por todos es sabido que el agua y el aceite se repelen.
Por lo que las cremas con color se convierten en una buena opción para el verano. "Porque son más ligeras, cubren las imperfecciones del rostro, aportan un tono saludable, unifican, y permiten respirar la piel".
WATERPROOF
Cristina Lobato aconseja a los profesionales e insiste en la importancia de utilizar productos con fórmulas waterproof para evitar que el sudor derrita la máscara de pestañas o el eyeliner.
MATIFICAR.
También recomienda aplicar un spray sobre el maquillaje cada cierto tiempo. "Este simple gesto sirve para calmar, matificar y controlar el exceso de brillo de manera instantánea".
Cristina Lobato comenzó su formación con 16 años cuando se matriculó en la Escuela de Imagen Profesional Jofer en el año 2001. Después, ejerció durante varios años como maquilladora para firmas exclusivas de belleza, un empleo que compaginaba con trabajos en teatro y colaboraciones en cortos. Luego siguió formándose como maquilladora y caracterizadora realizando cursos y másters en varias escuelas de prestigio. La maquilladora profesional comenzó más activamente en el ámbito de la moda y la publicidad trabajando para fotógrafos y firmas de ropa y complementos.