Una de las dolencias más comunes entre las mujeres de 30 a 50 años es el debilitamiento de los músculos y ligamentos que cierran el suelo del abdomen, manteniendo en suspensión la vejiga, el útero y el recto en contra de la fuerza de la gravedad. Si hablamos de todo esto, en realidad a lo que nos estamos refiriendo es al suelo pélvico. Una de las zona corporales a la que más atención deberíamos dedicar y que sin embargo, muchas veces es la gran olvidada a la hora de prevenir, con lo que se termina recurriendo a la cirugía o 'aguantando' la situación con lo que de incomodidad conlleva. Las pérdidas constantes de orina, los dolores y trastornos que trae consigo esta falta de tono muscular, obligan a muchas mujeres a resignarse o a las más arriesgadas, como comentábamos, a pasar por quirófano. Sin embargo, pocas saben que es posible corregir estas disfunciones mediante el trabajo de contracción muscular intensa y profunda conocida hoy en día como EMA (Electroestimulación Muscular Activa).

La realización de ejercicios de contracción muscular voluntaria mediante esta técnica consigue mejorar la fuerza, elasticidad, resistencia y velocidad de la musculatura perineal.

Para saber más al respecto, hemos querido consultar con los expertos de AQ8 System, un eficaz aliado como recuperador del suelo pélvico presente en países como Canadá, España, México, Argentina, Holanda, EAU o Turquía. "Pocas veces somos conscientes de que algunos de nuestros problemas pueden tener que ver con el suelo pélvico, esa parte de nuestro cuerpo que tenemos un tanto olvidada, hasta que nos encontramos por ejemplo con pequeñas perdidas de orina o incontinencia urinaria", explican los especialistas. Estos músculos, se van debilitando con la edad y en caso de muchas mujeres, tras un parto difícil y complicado, durante el embarazo, la menopausia o la lactancia. Podríamos decir que "todo lo que ejerce presión sobre el suelo pélvico, puede provocar ese debilitamiento", comentan desde AQ8 System. Pero también hay otras causas que debemos tener en cuenta como coadyuvantes en el debilitamiento del suelo pélvico, caso del estrés, el estreñimiento crónico; alergias, sobrepeso, malas posturas e incluso por deporte excesivo o ropa muy ajustada.

Sí tiene solución

Además del tratamiento pertinente, la prevención y algunos consejos obligados favorecerán el reforzamiento de la zona.

En primer lugar, deberíamos mantener un peso adecuado y añadir a nuestra a la dieta probióticos como el kéfir y suficiente fibra para favorecer el tránsito intestinal. Además de ejercitar y entrenar esos músculos mediante ejercicios concretos o por medio de pilates, una de las maneras más efectivas es la práctica de una rutina con electroestimulación, o lo que también conocemos como electrofitness. Estos chalecos o dispositivos de revolucionaria tecnología, fabricados en este caso por la empresa de desarrollos tecnológicos Lexter Microelectronic Engineering Systems, inducen la contracción pasiva del esfínter uretral y la musculatura del periné a través de una corriente eléctrica que se aplica en los músculos periféricos y repercuten en la pared vaginal o anal. El objetivo del tratamiento es conseguir un refuerzo positivo o muscular activo, haciendo que la mujer practique contracciones voluntarias estables y aisladas de contracciones de los músculos musculares parásitos, mediante una rutina de ejercicios físicos controlados y supervisados por personal especializado. Así se consigue reforzar los músculos involucrados, mejorando la fuerza, elasticidad, resistencia y velocidad de la musculatura perineal.

¿Cuántas sesiones se recomiendan?

La frecuencia de sesiones de EMA (Electroestimulación Muscular Activa) con AQ8 System sería de dos a la semana, que suponen la colocación de unos electrodos de caucho carbono en el abdomen, glúteos, zona lumbar, cuádriceps e isquiotibiales. No son sesiones para nada desagradables, gracias a la tecnología inalámbrica y perfeccionada de AQ8 System.

La realización de ejercicios de contracción muscular voluntaria mediante esta técnica, es un paso más de avance en el desarrollo de terapias encaminadas a reforzar el suelo pélvico, incrementando su fuerza y resistencia en un tiempo récord que varía entre las tres y cuatro semanas.









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