Si en temporadas anteriores se impuso el efecto "cara lavada", ahora lo más trendy es lucir un aspecto natural, pero algo más cuidado. ¿Cómo se logra esta especie de equilibrio? La respuesta se halla en el strobing, técnica francesa opuesta al contouring.
Strobing versus contouring
Básicamente, el contouring, impulsado por Kim Kardashian, consiste en aplicar una base dos tonos más oscuros que el color de la piel en ciertos puntos del rostro, e iluminador en otros. Así se pretende crear el efecto de rostro perfecto. El contouring se basa en el contraste de iluminaciones -resalta aquello que más gusta del rostro- por lo que no resulta fácil de emplear si no se conoce a fondo la técnica. Se trazan líneas oscuras por el contorno del rostro, las sienes y los laterales de la nariz. Y se extiende un iluminador en zonas como el tabique de la nariz, la zona de encima de las cejas, el párpado fijo, los pómulos, la barbilla y el área sobre el labio superior. Se cede el protagonismo al rostro. Los labios se llevan suaves, con pasteles y/o nudes, si así se prefiere.
Sin embargo, no es fácil crear este efecto de cara perfecta. El contouring exige tiempo de dedicación y técnica. Por el contrario, el strobing es más sencillo y también permite resaltar las facciones. Esta última técnica se emplea, desde hace años, en las pasarelas francesas. Ahora, numerosas famosas -como las modelos Kendall Jenner, Miranda Kerr y Candice Swanepoel- se han apuntado al strobing. en busca de un look más fresco y juvenil.
¿Dónde se aplica el strobing?
Esta técnica ilumina las zonas del rostro donde la luz solar impactaría de forma natural. Es decir, las facciones más prominentes: los pómulos, el hueso frontal (sobre las cejas), el centro de la frente, la nariz y la barbilla. La ventaja principal de esta técnica, comparada con el contouring es la siguiente: no se precisa una base oscura para destacar las facciones. Se ahorra en maquillaje y la piel luce más limpia y sana.
La clave del strobing consiste en agregar más luz y brillo al rostro, pero sin que el resultado sea obvio. El iluminador se extiende en los pómulos, el hueso frontal, el centro de la frente, la nariz y la barbilla. Esta técnica también destaca las facciones pero el resultado es más fresco y natural que con elcontouring.
El strobing precisa dos cosas: un iluminador y una brocha esponjosa. Los iluminadores líquidos son los más recomendables, ya que facilitan un efecto más natural. Se aplica el iluminador con las manos y se difumina, cuidadosamente, con la brocha. De este modo, se genera ese efecto de luz tan favorecedor. Sin embargo, las personas con la piel grasa deberían escoger un iluminador en polvo.
Para que el strobing tenga éxito, es necesario seguir una serie de cuidados diarios. La limpieza e hidratación de la piel son básicos. Con la nutrición adecuada, el rostro brilla de forma natural. Esto facilita el trabajo de cualquier técnica de maquillaje.