Ahora, lo último en celebraciones se compone de una extravagante y original oferta que va desde las cuddle parties (o fiestas de abrazos sin caracter sexual), pasando por las botox parties (reuniones donde se utiliza bótox para suavizar las arrugas), hasta las make up parties (fiestas en la que se maquillan y se aprenden trucos de belleza), entre otras.
Con una decena de tipos de fiestas donde la consigna es divertirse, relajarse y dejarse mimar por los cuatro costados, Sparty, que debe su nombre a la fusión entre spa y party, ofrece servicios para cumpleaños, despedidas de solteros/as, graduaciones, baby showers, cumples de 15...
La más costosa de todas estas nuevas fiestas es, sin duda, la spa party, que por una media de 20.000 dólares ofrece una variadísima gama de servicios de relax y salud para que la ansiada fiesta sea inolvidable. La pionera fue Alexis Ufland, fundadora de Sparty, una empresa de EE UU que comenzó brindando su spa para realizar allí festejos y terminó armando instalaciones completas en las casas de los homenajeados para sorprender a sus invitados.
Sin importar qué se celebre, todos los invitados, entre un mínimo de 10 y un máximo de 300, podrán disfrutar de un verdadero spa mientras degustan tragos, comen manjares y escuchan la música que elijan vestidos con impecables batas y pantuflas blancas y rodeados de camillas, masajistas, manicuras, cosmetólogas, cremas, fangos termales y hasta minisaunas.
Una noche donde los invitados dejan el traje de gala de lado y se ponen cómodas zapatillas y albornoz para disfrutar de los servicios de un gran spa con música, exóticos cócteles y todo el servicio de wellness.
La fiestas es totalmente personalizada. Se puede crear el ambiente en espacios alternativos o en la proprio empresa. De forma magistral, Alexis transforma espacios diáfanos en verdaderos centros de belleza y bienestar, con masajes, manicuras, pedicuras, tratamientos de belleza, afeitados, etc.
La diferencia entre la tranquilidad y relax de un spa, el Sparty se convierte en una verdadera fiesta con Djs especiales y una variedad de aperitivos exclusivos. Actualmente el concepto está disponible en las ciudades metropolitanas como Nueva York, Los Ángeles, Miami, Chicago, Atlanta, Las Vegas, Dallas, Washington DC, Boston, Filadelfia y San Francisco.Varios eventos ya están utilizando este concepto, como en bodas, desfiles, lanzamiento de discos, fiestas de empresa, lanzamiento de un producto etc...
En la misma línea y mucho más extendidas se encuentran las botox parties. Aunque aquí también se trata de que los invitados -ellas sobre todo- se sientan como nuevos, el asunto es un poco más arriesgado y requiere la presencia de médicos que se dedican a inyectar bótox en aquellas arruguitas indeseadas mientras todos cantan feliz cumpleaños. El bótox no es más que la tan temida toxina botulínica, la misma que puede intoxicarnos si se la consume pero que también tiene su lado positivo: inmoviliza y relaja los músculos que, al gesticular, causan las líneas en la piel y evita que se noten las arrugas. Alérgicos a las agujas, abstenerse.
Siguiendo con la belleza, aunque de presupuesto más accesible, lo último en fiestas locales son las make up parties. La maquilladora Alejandra Pelikan y el staff de su escuela se unieron con la empresa Voix, una línea de belleza y maquillaje, y diseñaron tres tipos de fiestas para que las invitadas no tengan que preocuparse en estar divinas. Ellas se encargan de todo; la idea es que las asistentes lleguen a cara lavada, y allí, Alejandra Pelikan y su equipo les preparan la piel con cremas, las maquillan y asesoran sobre cuál es el estilo que más les conviene según su tipo de rostro, color de pelo y ojos, amén de una serie de consejos para cuidar la piel cada día.
Y si se trata de verse bien, las nuevas fiestas no sólo deben servir para mejorar el aspecto exterior sino el interior. Al menos, eso creen los inventores de las cuddle parties o fiestas de mimos. Una versión actualizadan del pijama party, donde la gente se reúne para acariciarse y tocarse todo lo que puedan, pero sólo eso; nada más. Nada de sexo ni de traspasar la delgada línea de las caricias "fraternales" y los masajes, dicen las estrictísimas reglas de esta peculiar celebración.
Según Reid Mihalko y Marcia Baczynski, los terapeutas estadounidenses que crearon las cuddle parties, el mundo se volvió demasiado frío y distante, y la gente no recibe la cuota necesaria de cariño cada día. Por eso, se les ocurrió que lo mejor era organizar estas reuniones para que las personas, algunas completas desconocidas, se sientan más queridas, cuidadas y mimadas. Aunque a veces las abruptas subidas de temperatura son difíciles de controlar, los expertos están siempre muy atentos a que nadie se pase. Lo máximo que permiten son los besos, eso sí, con permiso previo.