La alquimia del sonido es el término ‘patentado’ por la coach italo-germana Tania Costantini que ella misma define como la “curación mediante el sonido”. Se trata de una estrategia más en la búsqueda de la paz interior, cuyos resultados se miden por los beneficios sobre el bienestar emocional individual que tiene practicarlo. Tania participó en un taller de sonoterapia en las jornadas de la Abama Wellness Week celebradas en el hotel Las Terrazas de Abama Suites, Tenerife.

“Es una excelente terapia para problemas relacionados con el estrés, la depresión, la fatiga, la ira, el miedo, la soledad o la separación, condiciones relacionadas con la falta de equilibrio en el cuerpo”, asegura la experta. Diecisiete años de formación en distintas terapias alternativas le han encarrilado hacia el uso distintos instrumentos: cuencos tibetanos o de cuarzo, gongs, 'koshi', 'sansula', tambores, cantos armónicos, diapasones o su propia voz para adaptarse a la ocasión y a la energía de cada persona.

Sonoterapia, sola o en combinación con otras disciplinas, sana e induce al bienestar físico y emocional

La sonoterapia puede complementar otras disciplinas como el yoga o la meditación, pero también puede practicarse de manera autónoma para lograr el mismo objetivo, “calmar la mente, detener el diálogo interior, crear un estado de relajación y liberación de tensiones”. Los beneficios también son físicos “estimula el sistema circulatorio y glandular, regenera el sistema nervioso parasimpático”. Todo ello “despierta estados superiores de consciencia que conducen a la transformación”.

La sonoterapia puede complementar otras disciplinas como el yoga o la meditación, pero también puede practicarse de manera autónoma para lograr el mismo objetivo, "calmar la mente, detener el diálogo interior, crear un estado de relajación y liberación de tensiones".

Explica Tania que "un viaje sonoro funciona mejor en una habitación cerrada, ya que el sonido puede acumularse y crear vibraciones únicas en cada persona”. Pero la naturaleza ofrece también sus ventajas, “escuchar los sonidos como el canto de los pájaros, el susurro de las hojas, el viento o el océano puede contribuir enormemente al objetivo”. Eso fue lo que sucedió en la Abama Wellness Week, “fue encantador, escuchábamos los pájaros, sentimos la brisa en nuestra piel, fue una experiencia maravillosa”.

La terapia con sonido se adapta a cada persona, “se puede practicar en 'savasana' (tumbado boca arriba), caminando por la playa o incluso en la ducha. Tengo algunas grabaciones diseñadas para escuchar mientras te duchas, te cepillas los dientes o de camino al trabajo”.

Tania asegura que en el camino al equilibrio interior hay tantos enfoques como necesidades individuales, “ninguno es mejor que otro, todos los caminos conducen a Roma. Son las personas las que deben elegir lo que les funciona”. Matiza que la sanación con sonido ya fue usada en las antiguas civilizaciones, demostrando que “es poderosa. No hay que hacer nada, solo ser receptivos y esperar que suceda la magia”.









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