"El joven conoce las reglas,
pero el viejo las excepciones".
Oliver Wendell Holmes, médico, escritor
y poeta estadounidense (1809-1894).
El envejecimiento progresivo de la población es un hecho. La Organización de las Naciones Unidas reconoce que esto va a suponer una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI.
Según datos de la revisión de 2017 del informe Perspectivas de la Población Mundial, se espera que el número de personas mayores, es decir, aquellas de 60 años o más, se duplique para 2050 y triplique para 2100 a nivel mundial. Y, en apenas 40 años, uno de cada tres europeos tendrá más de 65 años, formando este nuevo nicho de mercado.
Por eso se está desarrollando un tipo de economía, la Silver Economy, centrada en cubrir las necesidades de las personas de la tercera edad. Debemos tener en cuenta a estos consumidores en todos los sentidos, tanto en la salud como en la nutrición y el bienestar. De hecho, muchas firmas de cosmética ya han desarrollado cremas específicas para mayores de 60 años y los tratamientos de estética y belleza cada vez se dirigen al bienestar de este tipo de personas.
Este hecho debe verse como una oportunidad por parte de las empresas para construir y diseñar planes y servicios para gente mayor. Pues gracias a que a todos nos gusta cuidarnos más, el senior llegará en buena forma y va a necesitar toda clase de estímulos para mantenerse joven.
¿Qué deben hacer las empresas? Focalizar sus servicios hacia este nicho de mercado, desarrollar productos y servicios de calidad, propiciar su fidelidad y aportarles una experiencia. Si a todo esto le sumamos que tienen o tendrán un poder adquisitivo mayor, hay un porvenir más que asegurado.
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