"La producción no tiene sentido,
excepto como medio para
el consumo.
La inversión en bienes de capital
no significa nada si no es una
necesaria estación en la ruta hacia
más consumo".
Murray Rothbard, escritor, profesor
y economista norteamericano (1926-1995).
Conquistar otras fronteras y sumar un número más a nuestra cifra de venta es el sueño de cualquier empresa.
Parece que China, y no al contrario, es el mercado ideal para que la cosmética y dermocosmética española triunfe y arroje sus mejores resultados. Frente a años atrás en lo que todo lo fabricado por y en el gigante asiático parecía haber invadido el mundo, Europa y América principalmente, nuestro país tampoco era ajeno al Made in China del etiquetaje de productos y consumibles de la casi totalidad de los sectores. Pero he aquí que la belleza, la industria que nos ocupa, ha logrado invertir la balanza.
La dermocosmética española es uno de los 10 proveedores más importantes en China con 130 millones de euros de beneficio, cifra que representa un incremento del 265% con respecto al año anterior. Eso sí, las marcas cosméticas más vendidas lo hacen a través del canal on-line y sus plataformas, las RRSS, Instagram a la cabeza y los influencers, que en China poseen, tal y como su propio nombre indica, una destacada y tangible influencia.
China se convierte así en el país que retrata mejor y más fielmente lo qué está ocurriendo con los hábitos de consumo y los canales de venta on-line. Hoy por hoy, plataformas ideales para adquirir todo tipo de productos y servicios. Caso de la cosmética Made in Spain, el sello que arrasa y buscan miles de chinos a través de la red.
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