El gobierno francés acaba de anunciar que buscará prohibir de aquí a cuatro años la destrucción de productos no alimentarios, vestimenta, electrodomésticos, de higiene o belleza que no se venden, un caso emblemático de derroche que llega a 650 millones de euros anuales. Y una tendencia global, la de dicha prohibición, no sólo en la Unión Europea, que acusa a la destrucción y quema de la producción excedente de muchos sectores como una de las actuaciones más contaminantes del planeta.
"Una primicia mundial", ha dicho el primer ministro del país galo, Edouard Philippe, en momentos en que el gobierno del presidente Emmanuel Macron quiere convencer a la opinión pública de su compromiso en materia ecológica.
La opción, la donación o el reciclaje
Frente a la quema o destrucción de los excedentes industriales en materia de belleza, higiene, electrodomésticos y moda en el vestir, la opción obligada sería donar o reciclar el citado excedente a partir de finales de 2021 o finales de 2023, según el caso. Por otro lado, un complemento más a otras medidas ya adoptadas en estos últimos años contra el derroche no solo alimentario.
Una propuesta que en el país vecino figurará en el proyecto de ley de economía circular preparado por el secretario de Estado, Brune Poison, que debe llegar al Consejo de Ministros este próximo mes de julio.
La quema o destrucción de productos está muy extendida tanto entre los grandes minoristas como en las marcas de lujo como forma de proteger la propiedad intelectual y evitar la falsificación.Actualmente, más de 650 millones de euros (unos 730 millones de dólares) de productos no alimenticios nuevos y no vendidos son tirados o destruidos cada año en Francia, es decir, cinco veces más que los donativos de esos mismos productos, según los servicios del primer ministro.
Según la oficina del primer ministro, la medida empezará a aplicarse en 2021 con un canal de recogida y reciclado habilitado para tal fin bautizado con el nombre de 'REP'.
La quema o destrucción de productos está muy extendida tanto entre los grandes minoristas como en las marcas de lujo como forma de proteger la propiedad intelectual y evitar la falsificación.
La opción obligada sería donar o reciclar el citado excedente a partir de finales de 2021 o finales de 2023, según el caso.Frente a la donación, el reciclaje parece ser la solución a la que apuntan los distintos gobiernos en materia de excedentes de la producción, tranquilizando así a ciertos sectores, caso del canal lujo, que temen ver emerger un mercado paralelo si se diera el primer caso, la donación para sus excedentes.
No obstante, se ha de subrayar que la idea general a medio y largo plazo es que no existan los productos invendidos y se optimice al máximo la gestión de las existencias.