Pies, para qué os quiero...

Los pies llevan el peso del cuerpo, soportan zapatos “monísimos” y muy de moda, aunque les hagan sufrir y “machaquen” varias funciones orgánicas, pero también son estadísticamente los últimos en los cuidados personales.

Tal como asegura la Dra. María José Barba, no les damos a los pies el respeto que merecen por su repercusión no solo estética, sino en las alteraciones mecánicas y dolencias que pueden provocar en la espalda, en la región delantera y plantar, en la del talón, en los tobillos, rodillas, cintura, caderas, y un largo etcétera, ya que en ellos se localizan todas las alteraciones corporales (reuma, artritis, mala circulación, metabolismo endocrino, etc.).

Deformidades y dolores

Los tipos de pies que provocan problemas son:

Cada uno de ellos es responsable de una serie de alteraciones que la Dra. Barba corrige mediante implantes especiales con los que minimiza los dolores y deformidades, sustituyendo así a las cuñas, plantillas externas de silicona, con la ventaja de que la corrección del problema con los implantes dentro del pie se efectúa durante las 24 horas, los 365 días del año, y no solo cuando metemos en el zapato esa terrible plancha de silicona.
Pero además, cuando estamos descalzos, en zapatillas de casa, etc. no estamos corrigiendo el defecto o el dolor.

Entre las primeras alteraciones, una de las más frecuentes y que mayores complejos provoca a quienes se ven obligados a mostrar continuamente su anatomía (modelos, actores etc.), es la conocida como Hallux Valgus, denominada vulgarmente juanete, o “juanete de sastre” cuando aparece en el quinto dedo.

Los implantes que lleva a cabo la Dra. Barba son un elemento destinado a mejorar el apoyo plantar e incluso a aumentar de estatura de 2 a 4 centímetros si así se desea, sin necesidad de entrar en el quirófano ni de soportar molestos tratamientos...
Porque ser más altos no siempre es un capricho ni una cuestión estética.

Muchas personas, hombres y mujeres, tienen a veces la necesidad de mostrar una talla mínima para acceder a un puesto de trabajo, o desean poder lucir zapatos y sandalias atractivos y, sobre todo, de no sufrir a cada paso… La Dra. María José Barba nos explica que “inyectando en el talón o allí donde se precise Macrolane, un material de larga duración (de12 a 18 meses), o Bioalcamid cuando se desean efectos permanentes”, se logra un gran alivio en alteraciones como las de pie plano, cavo, dedos en garra, durezas, espolón calcáneo, juanetes y ojos de perdiz, descontracturando tensiones musculares, evitando roces y síntomas desagradables, y mejorando notablemente el aspecto físico sin perjudicar a la columna.

La técnica utilizada en cualquier caso es la misma. Se inicia con una inyección de anestesia local y a continuación la del implante.

En el caso del aumento de la estatura y dependiendo de la cantidad de material utilizado, el aumento es de dos a cuatro centímetros, y en dismetrías, personas con una pierna mas larga que otra, de hasta 6 cm.
A veces son necesarias varias sesiones de aumento del grosor del talón para "ir creciendo". Para que nos quepa el implante y la piel ceda para permitir ir aumentando.
Tan solo se requieren 30 minutos, aproximadamente, en cada una, y no es preciso reposo absoluto posterior, si bien se necesita cuidar el implante durante 7-10 días para evitar desplazamientos y se debe tomar el tratamiento prescrito de antioticoterapia, analgésico y antiinflamatorio.

¿Y no se nota?

No se nota que está metido el implante almohadilla de talón, en los metatarsianos, planta del pie, etc., ni al tacto ni al caminar. Solo que ya no hay dolor.

El precio

De 1.000 a 3.000 euros aproximadamente. En una sesión se pueden obtener dos centímetros más de altura, o eliminar dolores y alteraciones antiestéticas. Para una segunda sesión o sucesivas, hay que esperar de tres a cuatro semanas.