Los tratamientos con cítricos son especialmente recomendables de cara al verano, ya que son una fuente natural de activos antioxidantes. El siguiente protocolo de cabina, con productos cuya base es la mandarina, aporta a la piel luminosidad y uniformiza el bronceado, además de hidratar y energizar la piel mientras combate de manera natural el fotoenvejecimiento que provoca la exposición solar.

Está especialmente indicado para pieles maduras apagadas, deshidratadas por el sol o desvitalizadas por el estrés, como tratamiento pre y postexposición solar para mejorar el bronceado y evitar las consecuencias negativas, así como para una protección biológica de la piel frente al sol.

Paso a paso

1. El primer paso siempre será el apropiado diagnóstico del cliente y su piel, mediante un cuestionario sobre sus hábitos de vida y un análisis de la dermis para determinar los niveles de hidratación y elasticidad. Para amenizar la espera, se puede servir una infusión de mandarina para depurar toxinas y reforzar los beneficios del tratamiento a nivel interno.

2. Para higienizar y limpiar cualquier resto de otro cosmético, se pasan toallas calientes perfumadas con unas gotas de aceite esencial de mandarina desde los pies hasta el cuello.

3. Preparamos una mezcla de 25 ml de aceite de mandarina y 25 gr de sales, aumentando o disminuyendo la concentración según las necesidades de cada piel, y lo aplicamos como peeling por todo el cuerpo con ayuda de una brocha gruesa. Se puede insistir con más cantidad en zonas difíciles como codos, talones y rodillas.

4. Se trabaja el peeling con pases manuales suaves y repetidas rotaciones sobre las durezas de las articulaciones, y después se deja trabajar la mezcla sin retirarla durante 15 minutos, envolviendo el cuerpo con film osmótico para que actúe por oclusión.

5. Se retira el plástico y se utiliza media mandarina en cada mano para realizar masajes circulares que disuelvan las partículas de sal restantes. Al terminar, se retiran pulpa y peeling con toallas húmedas calientes perfumadas con aceite esencial de mandarina.

6. Para terminar, se realiza un masaje energizante para estimular la circulación sanguínea y linfática con la ayuda de un preparado de mandarina ligeramente calentado realizado a base de 25 ml de crema base muy hidratante y 5 gotas de aceite esencial de mandarina.

El resultado es una piel hidratada, nutrida y tonificada, más luminosa y uniforme, con irritaciones calmadas y menor retención de líquidos. Además, a nivel psicológico el tratamiento transmite optimismo y energía, relaja las tensiones y ayuda a una mejor conciliación del sueño.

Fuente: María D'Uol.









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