Ya sabíamos de la existencia de algunos de estos "huéspedes", pero lo importante aquí es la constatación de su decisivo papel en nuestra salud y bienestar general. Marie Alice establece que, gracias a los avances de la genética se ha descubierto que los miles de millones de bacterias, virus y parásitos que residen en un organismo humano sano, mucho más numerosos que nuestras propias células, se podrían considerar parte integrante de éste, siendo de capital importancia para el mantenimiento de su equilibrio, de una manera que jamás habíamos sospechado.
En realidad, lo que hemos hecho hasta ahora era combatir involuntariamente esta flora microbiana con productos de higiene, sanitarios y cosméticos que no han tenido nunca en cuenta esta riqueza tan relevante para nuestra salud. Así, según Marie Alice Dibón, la industria de la cosmética se enfrenta ahora a un apasionante reto, un cambio de paradigma que cambiará en muchos casos en el futuro el enfoque de sus productos, que deberán adaptarse a los nuevos conocimientos aportados por la ciencia desarrollando formulaciones inteligentes que respeten el microbioma.
Aparece también aquí un factor de oportunidad para las empresas que deseen hacerse un hueco en el complejo y competitivo mundo de la cosmética, que podrán utilizar un arma más para conseguir el éxito, a través de la oferta de productos elaborados con conciencia de la importancia de conservar o incluso devolver a su estado natural los microbiomas de cada uno de sus potenciales consumidores.
Para Marie Alice, este es un reto que ocupará gran parte de los esfuerzos de investigación y desarrollo de las compañías, desde el estudio previo hasta el packaging, pasando, claro está, por las fases intermedias por las que pasa cualquier producto cosmético antes de llegar a su utilización real.