Mónica nos recibe en su local situado en un piso de la céntrica calle Balmes. Su amplia experiencia en centros de estética y en colaboraciones con diferentes profesionales del sector le han servido para mantener una cartera de clientes amplia y selectiva.
Beauty Market: ¿Cuáles fueron tus inicios?
Mónica Viera: Al finalizar los estudios, trabajé en Yves Rocher. Años después estuve en Sophie Nöell y más tarde en Luisa Lago, que fue donde adquirí una gran experiencia tanto a nivel profesional como personal. De allí paso a trabajar para la empresa Blau, llevando el tema de estética, y luego ya me puse por mi cuenta.
B.M.: ¿En qué te especializaste?
M.V.: En tratamientos faciales y corporales, quiromasajes y drenajes linfáticos. El drenaje linfático me gusta mucho, porque abarca un poco todo. Es un tipo de masaje muy específico que no tiene nada que ver con un masaje convencional y, además de la relajación del sistema nervioso (que hoy en día a todo el mundo le va bien), a las mujeres les ayuda para la retención de líquidos y celulitis.
B.M.: ¿Cómo ha evolucionado el sector en los últimos años?
M.V.: En estética han aparecido todo tipo de tratamientos y de masajes. Siempre están saliendo cosas nuevas, y en aparatología a más no poder… Pero creo que, con la crisis, el cliente busca más el contacto, un trabajo más manual.
B.M.: ¿Qué es lo que más te demandan tus clientes?
M.V.: Lo que mas me piden son faciales. El cliente quiere que su piel esté más o menos bien. A nivel corporal, los masajes de espalda. Han pasado de pedir masajes de relajación a masajes de espalda para curar las contracturas.
B.M.: ¿A qué es debido?
M.V.: Por el estrés y el nivel de vida que llevamos. Siempre viene bien un masaje de media hora.
B.M.: ¿Cómo ves el sector?
M.V.: Cuando empecé a trabajar en estética, la gente que se hacía masajes era como privilegiada. En cambio, hoy en día, ¿quién no se hace un masaje? Hay tantas posibilidades, tantos centros y tantos Let’s bonus...
B.M.: ¿Hay saturación de centros estéticos?
M.V.: Sí. Das un patada y te encuentras mil. En este trozo de calle donde estoy hay cinco centros. Hay sobresaturación, y lo peor de todo es que en algunos sitios no hay profesionalidad. Actualmente te encuentras con los dos extremos. Hay centros muy profesionales y otros que no. Hoy día haces un cursillo de masaje, que te lo sacas en un plis plas, y ya te pones a trabajar profesionalmente. Incluso en algo tan sencillo como depilarse, hay lugares que no te lo hacen bien y eso daña al sector.
B.M.: ¿Y qué piensas de las franquicias?
M.V.: Las franquicias no me gustan porque es trabajo en cadena, con gente muy joven que acaban de salir de la academia y sin experiencia. Nuestra profesión no es como ponerse delante de un ordenador y si te has equivocado no pasa nada. Trabajamos con personas y con su físico. No puedes hacer un drenaje o un masaje mal hecho.
B.M.: ¿Se cometen muchas barbaridades?
M.V.: Muchas, como puede ser en el uso del láser. Ni te imaginas lo que se está haciendo bajo una prescripción en centros médicos… si conoces abogados te explicarán mil casos de personas a las que se les ha quemado por el mal uso del láser.
B.M.: ¿Y en otras disciplinas?
M.V.: Por ejemplo, la quiropraxia no ha sido una carrera en España hasta este año. De esta forma, o te ibas a estudiar fuera o realizabas un cursillo de seis meses. Estos cursillos los hacía cualquiera, y estamos hablando de manipulación a nivel óseo. Si no te lo hacen bien te pueden fastidiar, y bien…
B.M.: Entonces, ¿el nivel de formación en este país es bajo?
M.V.: La formación no es baja, sino que la gente se atreve a todo. Igual es que yo me paso de prudente, pero has de tener cuidado porque estás tratando con personas. Pero en general, el nivel de formación es muy bueno y los profesionales que imparten los cursos son excelentes, al menos los que yo he conocido.
B.M.: ¿El cliente está informado del sector?
M.V.: Los clientes están al día de las novedades por las revistas de moda, de belleza…
B.M.: ¿Qué es lo que más demandan actualmente?
M.V.: Ahora se llevan los tratamientos con oxígeno, dar luminosidad a la piel, y ahora que llega el verano, hidratarla mucho. A nivel corporal, lo que más trabajo es el drenaje, porque es lo que más me piden mis clientas, aquí no hay variación.
B.M.: Tienes una clientela fija y desde hace muchos años ¿Cómo te conocen?
M.V.: La gente me conoce por el boca a boca. Estoy en un lugar céntrico y todos los sitios donde he trabajado están cerca de aquí.
B.M.: Trabajas con diferentes profesionales del sector de la peluquería y la estética ¿Cómo son estas colaboraciones?
M.V.: Estamos muy relacionados unos con otros dentro del sector y nos pasamos los clientes en función de nuestra especialidad. Y está muy bien porque cada uno ofrece un servicio diferente pero muy personalizado. No lo hacemos por negocio sino para la satisfacción de nuestros clientes.
B.M.: ¿Con quién colaboras?
M.V.: Por ejemplo, colaboro con el peluquero Àngel Viler en tratamientos faciales, pellings, masajes de relajación, etc. También a nivel médico colaboro con una médico-esteticista en quien confío muchísimo. También hago colaboraciones con la clínica Dexeus y el centro médico Quirón por el tema de los drenajes linfáticos postoperatorios después de liposucciones, liftings…
B.M.: ¿Cuál es tu relación profesional con los medios digitales?
M.V.: He sido reacia hasta ahora porque me gusta saber quién viene. Prefiero el contacto directo, y confío en el boca a boca. De momento no he tenido necesidad de utilizarlos, aunque no soy contraria a ellos.
B.M.: Tienes una clientela fija, pero ¿se nota la crisis económica?
M.V.: Sí. Este año ha sido más flojo y me piden menos tratamientos corporales especiales, por ejemplo con algas, que era lo que mas me pedían en verano. También lo he notado en tratamientos para reducir la celulitis. Este año mis clientas dicen que si se van a la playa con celulitis, no les importa. Este año es flojo, pero tampoco era normal el boom de los tratamientos corporales de hace unos años.
B.M.: ¿Hacia donde va el sector?
M.V.: Habrán dos tipos de negocios, uno para la gente que le guste más la técnica, los aparatos, y otra para la clienta que le guste más el contacto, el seguimiento más personal.
B.M.: ¿Qué ofreces a tus clientes?
M.V.: Ofrezco un trato personalizado, un ambiente tranquilo, donde no hay masificación ni control de tiempo. En otros centros el tiempo dedicado a la clientela es a rajatabla y no hay para más. Aquí es un tratamiento personalizado. El tiempo es para mis clientas y yo voy a estar por ellas todo el tiempo que haga falta.
B.M.: ¿Haces de psicóloga?
M.V.: Las escucho, y mucho. En los últimos años, el trabajo del oído es lo que más he desarrollado, ja, ja, ja. La gente tiene necesidad de hablar, de explicarte sus cosas. A veces me pregunto si a mi clienta no le habrá ido mejor el momento de charla que el mismo masaje.
Si quieres contactar con Mónica Viera o expresarle una opinión, escríbele en el siguiente enlace: