"La belleza es la maravilla de las maravillas. Sólo los
superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero
misterio del mundo es lo visible, no lo invisible".
François de la Rochefoucauld,
escritor francés (1613-1680).
El mundo de los concursos de belleza anda últimamente un poco revuelto por los tratamientos de cirugía estética que se están popularizando cada vez más. El último conflicto ha surgido en Italia, donde los organizadores de Mis Italia han prohibido la participación de aquellas modelos que hayan sido operadas con cirugía estética. A los pocos días de esta prohibición, se ha organizado Miss Chirurgia Estetica 2011.
Pero el debate en los certámenes de belleza está ahí. La sociedad avanza y, con ella, cada vez más mujeres y hombres se introducen en el mundo de la estética (sea a través de la cirugía o por otros tipos de tratamientos) para mejorar su cuerpo, tanto por motivos estéticos como por motivos psicológicos o físicos.
Cuando se debate quién es la más bella o bello del mundo, los estereotipos salen a la palestra. Se debate quién es más guapa, si Angelina Jolie, Gisele Bündchen o Halle Berry, o el más guapo entre Brad Pitt, George Clooney u Orlando Bloom, pero nunca se discute si se han hecho más o menos tratamientos estéticos para alcanzar tal belleza.
En cambio, en el mundo de las mises y míster siempre existen los miramientos con lupa. Se prohíbe cualquier tipo de intervención por el mero hecho de que, aunque se mejoren sus atributos, pierden las cualidades naturales. Pero si los tratamientos estéticos son cada vez más algo normal en belleza, lo lógico sería aceptarlo. Si todo fuera por ser lo más natural posible, sería lógico prohibir también la depilación, los tintes, los tratamientos correctores que no sean naturales, las lentillas… y nada de reducir grasa o aumentar musculatura gracias a los aparatos de los centros de estética o gimnasios… ¡todos a correr al monte!
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