En la actualidad, las parejas homoparentales femeninas tienen la posibilidad de ser madres a través del método ROPA, técnica que involucra a ambas mujeres en la búsqueda de su embarazo, gracias a los avances de la medicina reproductiva en los últimos años. De esta manera, cada mujer adquiere un papel fundamental en el desarrollo del embrión. Una de ellas aporta los óvulos y, por tanto, la mayor parte de la carga genética; mientras que su pareja experimenta el embarazo, de modo que el bebé se desarrollará en su útero hasta el nacimiento.
Además, al funcionar como un tratamiento con ovodonación, el método ROPA no solo permite que ambas mujeres puedan participar en la consecución del embarazo, sino a que contribuyan a la expresión genética de su futuro bebé. En este sentido, y aunque la mayor carga genética corresponde a la madre que dona el óvulo, se ha demostrado que algunos factores ambientales, como la interacción de la madre gestante con el embrión durante el embarazo es capaz de modular la expresión de determinados genes que aporta el embrión. Este concepto denominado epigenética materna puede llegar incluso a generar coincidencias en determinados rasgos entre ambos.
El método ROPA no solo permite que ambas mujeres puedan participar en la consecución del embarazo, sino a que contribuyan a la expresión genética de su futuro bebé.Este procedimiento funciona igual que la donación de óvulos, solo que en este caso, la donante no es anónima. Será ella la que tendrá que pasar por las técnicas de la estimulación ovárica controlada (EOC) y por la punción folicular. Por su parte, la otra mujer (la que va a quedarse embarazada) deberá preparar su endometrio para favorecer la implantación y, posteriormente, someterse a la transferencia embrionaria.
En el marco del Día Internacional de las Familias, que se celebra el 15 de mayo, centros de reproducción asistida como Ginefiv, quieren poner sobre la mesa este tipo de avances en las fecundaciones in vitro y cómo la ciencia se adapta a las necesidades de la sociedad actual.