Marina Rulló, hija de Amelia Sarret, fundadora del centro de estética Rame (Lleida, Cataluña), creció entre cosméticos, cabinas y tratamientos. Desde hace 15 años, dirige el centro con una capacidad, casi 40 años después, de 300 m². Y aunque ya no ejerce en cabina, a Rulló le apasiona la aparatología. "Me encanta descubrir nuevas máquinas, jugar con ellas, combinarlas entre sí y establecer protocolos para nuestras clientas". Con 41 años, no cambiaría la estética por nada. Y se halla en plena forma para impulsar este negocio familiar. "He tenido y tengo a una buena maestra: mi madre", reconoce.
Beauty Market: El pasado 27 de marzo tuvo lugar una jornada de belleza para novias, en la que usted participó junto al maquillador David Molina. ¿Cómo surgió esta propuesta? ¿Era la primera vez que colaboraba con el maquillador de las famosas?
Marina Rulló: La propuesta vino de la mano de Óscar Rosales, de Pure Comunicación. Me ofreció la posibilidad de fusionar los conocimientos de David Molina con la experiencia del Centro de Estética Rame, casi cuatro décadas cuidando la imagen de las futuras novias.
B.M. Tengo entendido que durante el evento se abordaron los problemas de belleza que experimentan las novias el día del enlace. ¿Cuáles son los más habituales?
M.R.: El problema principal es la deshidratación del tejido facial. Aunque no le restamos importancia al resto del cuerpo, es necesario tener una piel bien hidratada para que el maquillaje luzca en condiciones perfectas. Además, son habituales las pieles con acné y/o muy sensibles, que precisan un tratamiento cuidadoso. No hay que olvidar que los factores externos pueden afectar al estado de la piel, agravando la situación si se trata de una piel delicada o enferma.
Además del cuidado facial, es imprescindible que la novia lleve pies y manos perfectos, y muestre una piel en buenas condiciones. Esto es fundamental para que esté lo más bella posible el día de la boda. Siempre se recomienda la máxima naturalidad para que se sienta lo mejor posible durante toda la celebración.
B.M. En su opinión, ¿cuáles son los tratamientos de estética más recomendables previos al enlace para la novia? ¿Qué nos puede decir de los novios?
M.R.: Cuando una novia viene a nuestro centro con la intención de prepararse para el enlace, se le pregunta qué se quiere hacer y cuáles son sus objetivos. A partir de ahí, desarrollamos una agenda para programar los tratamientos. Por ejemplo, sesiones de remodelación o de cuidado facial en profundidad a tres meses, un mes, dos semanas o la semana previa al evento.
Generalmente, como procedimiento básico se les recomienda un tratamiento facial para lograr una buena hidratación, manicura y pedicura (por norma general CND Shellac), y por último, servicio de exfoliación y nutrición de la piel. Estos tratamientos se pueden completar con otros si se añade rejuvenecimiento de manos, remodelación corporal, tratamientos de luminosidad y reafirmación facial, etc.
En cuanto a los novios, se les aconsejan tratamientos faciales y de manicura. En el primer caso, se trabaja de forma inicial la hidratación para aplicar después radiofrecuencia y lograr un tejido más terso.
B.M. Con la llegada de la primavera, comienza la estética “divertida”, como usted la calificó en una entrevista. Básicamente, ¿de qué estamos hablando? ¿En qué se diferencia de los tratamientos y servicios de estética que se realizan en otras épocas del año?
M.R.: La estética divertida es aquella que abarca tratamientos más comunes y propios de esta época como las manicuras, pedicuras, peelings, depilaciones o bronceados inmediatos. Tratamientos que permiten desconectar un rato del trabajo más complejo que realizamos en el Centro de Estética Rame. Me refiero a los cuidados faciales, las remodelaciones corporales o los tratamientos que requieran de mucha concentración. De los resultados depende nuestro éxito.
B.M. De cara a esta primavera-verano, ¿qué novedades presentan en el centro de estética Rame?
M.R.: Esta temporada ofrecemos los tratamientos localizados y las remodelaciones corporales dirigidas exclusivamente a la zona que queremos mejorar. La principal ventaja es la reducción del tiempo y coste para conseguir el resultado deseado. Ahora podemos elegir entre un tratamiento completo y uno localizado.
B.M. Además de 15 cabinas, donde se aplica diferente aparatología, el centro cuenta con el Pedi Spa y el Nail Bar. Dos ambientes inspirados en los centros de manicura y pedicura de Nueva York. Básicamente, ¿en qué consisten?
M.R.: Son dos espacios pensados para la comodidad del cliente donde se les ofrecen manicuras y pedicuras, así como la posibilidad de tomar algo, si así lo desean. Desde el punto de vista técnico se trabaja con las mejores firmas en color. Y el material se conserva esterilizado en bolsas para lograr la máxima higiene posible.
B.M. Háblenos de la Cyclone. La máquina insignia del centro contra la grasa y la celulitis. ¿En qué se diferencia de otros aparatos y tecnologías similares?
M.R.: La llegada de Cyclone al centro revolucionó la velocidad para conseguir resultados en los tratamientos. Ya era algo que trabajábamos muy bien gracias a las LPG (tenemos tres en el centro). Las LPG se combinan, de manera estratégica, para obtener los máximos resultados en el menor tiempo posible. Sin embargo, Cyclone cuenta con una técnica que quema las grasas y acelera la pérdida de volumen. Técnicas como Hifu (destruye las zonas de grasa más compactadas), cavitación (muy potente e ideal para zonas de celulitis y tejido más blando) y por último, Vacum con radiofrecuencia (consigue remodelar la figura al mismo tiempo que trabajamos la reafirmación).
B.M. Desde hace 15 años usted dirige el centro de estética Rame, que fundó su madre, Amelia Sarret. ¿Cómo descubrió que también se quería dedicar a la estética? ¿Qué recuerda de aquellos inicios?
M.R.: Se puede decir que, prácticamente, crecí y me crié en el centro. Cuando se fundó, yo tenía tres años. Al principio era un negocio pequeño que también ofrecía complementos femeninos (bolsos, perfumes y collares, por ejemplo). Mi madre luchó para imponer un concepto nuevo, el de ofrecer el mejor servicio, al margen de las marcas comerciales. Con el paso de los años, creamos nuestra firma de cosmética, todavía en crecimiento. En aquella época, el centro trabajaba mucho pese a que no existía la aparatología de hoy en día. Aun así, no hemos olvidado las técnicas manuales, siempre presentes en todos nuestros tratamientos.
Aunque me he especializado en estética dental, he pasado la mayor parte del tiempo en Rame. Poco a poco, empecé a asumir funciones e introduciéndome en el negocio. En un principio por curiosidad, después por decisión propia. Aprendí que el trabajo en equipo era muy importante, por eso alcancé la dirección de manera progresiva, desde los niveles más básicos. Durante este proceso trabajé, cosa que ahora también hago, en cabina, de forma interna, para conocer a fondo cada uno de los tratamientos y así crear nuevos protocolos. Me encanta la aparatología y creo tener un sexto sentido para descubrir máquinas realmente buenas. En realidad, todo lo que he adquirido para el centro ha dado buenos resultados. Me encanta jugar con ellas y combinarlas entre sí. En general, lo pasamos muy bien aplicando nuestros protocolos a las clientas.
En conclusión, no creo que el dedicarme a la estética fuera algo premeditado. Asumí esta profesión con el tiempo. Y hoy en día, no la cambiaría por ninguna otra.
B.M. El lema de Rame es: “hacer el trabajo muy bien, sin vender fantasía ni engaño”. ¿Cree que en el sector estético se dan casos en los que se prometen cosas que después no se cumplen?
M.R.: Así es. Se suele prometer mucho y luego los resultados no están a la altura. ¿Por qué existe esta filosofía? Porque a todos nos gusta oír lo bien que nos ha sentado un tratamiento o lo fantástico que es. Sin embargo, esto solo es posible ofreciendo al cliente exactamente lo que necesita y siendo realistas. Si se necesita un número determinado de sesiones de un tratamiento concreto para reducir volumen o atenuar las arrugas, no le ofreceré menos para reducir el precio. Tampoco vendemos recomendaciones de terceras personas o conocidos por más que el cliente lo desee. Mi lema es ofrecer solo aquello que se necesita, aconsejando al cliente y adaptando el presupuesto a su situación personal.
B.M. A día de hoy, ¿cómo define la situación del sector? ¿Se ha visto afectado por la crisis?
M.R.: La estética está de moda. Aunque partimos de la idea que las modas son pasajeras. En este sentido, seguimos las tendencias actuales, pero rechazamos los tratamientos con gran demanda que no ofrecen buenos resultados. Hay muchos centros de estética y nuestra misión es destacar por encima de todos ellos realizando un buen trabajo.
Es evidente que la crisis y la aparición de franquicias y negocios low cost han afectado al sector. Sin embargo, hemos adaptado nuestro centro a las nuevas circunstancias, creando nuevos protocolos para cubrir las necesidades del consumidor y obtener resultados, al mismo tiempo. De ahí la importancia de trabajar con productos y aparatología de calidad.
B.M. En su opinión, ¿se dan casos de intrusismo profesional en el sector?
M.R.: ¡Muchísimos! ¿Cuántos freelance ejercen de manera no oficial sin seguir muchos de los protocolos establecidos? Obviamente esto afecta al trabajo, pero al final la gente prefiere un servicio de calidad en lugar de cantidad. Si se busca un servicio bien hecho, junto con materiales y aparatología de calidad solo se puede recurrir a centros especializados y de calidad como el nuestro.
B.M. El mercado exige de los centros de estética resultados rápidos y visibles a corto plazo. ¿Resulta difícil convencer a las clientas que deben seguir un mantenimiento?
M.R.: Al principio les resulta difícil, aunque luego interiorizan que deben seguir ese procedimiento. En consecuencia, cuando finalizan el tratamiento y aprecian los resultados, automáticamente solicitan un mantenimiento. Además, éste no les quita mucho tiempo y el coste es fácil de asumir.
B.M. Como directora de un centro de estética con casi cuatro décadas de historia, ¿qué es lo que más le gusta de su trabajo? ¿Y lo que menos?
M.R.: Me gustan muchas cosas. Yo destacaría el trato con el cliente y ver lo agradecidos que se sienten tras realizar un tratamiento. También me gusta ver cómo acuden las nuevas generaciones de clientes, motivadas por sus madres. Además, me gusta llevar a cabo la dirección de una empresa que ví nacer, crecer y finalmente, convertirse en un centro de 300 m² equipado con la tecnología más puntera.
Lo que menos me gusta, y aunque suene típico, es la elevada carga fiscal que soportamos. Parece que te limitas a trabajar para cumplir con tus obligaciones tributarias.
B.M. ¿Qué cualidades se necesitan para ser una buena profesional de la estética?
M.R.: Desde mi punto de vista es importante saber qué tienes entre manos y qué puedes sacar de provecho. Sea mucho o poco, hay que exprimirlo al máximo. Y ofrecer lo que realmente se puede dar. Quizás no se podrá destacar en todo, pero siempre habrá algo específico en lo que llamar la atención.
B.M. Y ya para acabar, ¿cuáles son sus proyectos inmediatos para los próximos meses?
M.R.: Seguiremos como siempre. Al frente del negocio, recibiendo a nuestros clientes habituales y también a los nuevos que acudan al centro. Ahora comienza una época de mucho trabajo y no podemos descuidarnos.
Asimismo, nos gustaría dar a conocer Rame más allá de los límites geográficos de nuestra zona. Tenemos un gran centro no solo por sus grandes dimensiones, sino también por su manera de trabajar, aparatología, materiales, filosofía y equipo.