"No es el más fuerte de las especies el que
sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive.
Es aquel que es más adaptable al cambio".
Charles Darwin, naturalista inglés creador de la
teoría de la evolución (1809-1882).
Hace unos días apareció la noticia de que Karl Lagerfeld se había pasado al low cost, creando una línea femenina de piezas con precios entre los 70 y los 300 euros. La noticia sorprendió bastante, ya que Lagerfeld, conocido por su gusto y costumbres elitistas, y colaborador de casas de moda como Chloé, Fendi y Chanel, no ha sido nunca un diseñador predispuesto a trabajar en diseños “populares”.
Pero los tiempos están cambiando, y no al estilo del idealismo político de Bob Dylan, sino más profundamente, en el corazón mismo del sistema económico mundial. El sistema capitalista que abanderaba Estados Unidos y la Unión Europea hace unos pocos años, parece hacer agua por todas partes, y observamos cómo China, India, Brasil y otros países en desarrollo poseen más del 50% de las reservas mundiales. Las migraciones demográficas en busca de trabajo también lo demuestra. En España, hemos pasado de ser receptores de inmigrantes en busca de oportunidades a ser emigrantes a países como Argentina o Brasil, donde existe mucha oferta de empleo. El mundo está cambiando, sin duda. Tanto es así que los bancos, garantes del poder económico del sistema capitalista, ya no prestan dinero. Ahora son inmobiliarias desesperadas en busca de compradores de pisos.
Pero en el fondo, sólo es esto: cambio. Produce miedo, como cualquier cambio, y más si va acompañado de una crisis a todos los niveles. Pero es precisamente en los momentos de crisis cuando hemos de encontrar la oportunidad. Es pura necesidad.
Lagerfeld ha apostado por adaptarse a las directrices del nuevo mercado, pero no es el único. De hecho, una de nuestras virtudes, como dijo Darwin, es nuestra capacidad de adaptarnos a los cambios.
Hace unos días, en Barcelona, se entregaron los premios a la "Millor Botiga del Món” (la mejor tienda del mundo), que premia a las tiendas de la Ciudad Condal que han conseguido una mejor iniciativa empresarial comercial. Este año se ha premiado a Santa Eulàlia, un establecimiento de alta costura con 168 años de existencia. El premio le ha sido entregado por saber renovarse completamente con grandes dosis de imaginación, como por ejemplo dejar al descubierto al público su taller con los sastres y patronistas trabajando. Durante la gala se recalcó el cambio de tendencias en el comercio, como el auge de las franquicias y de las tiendas de monomarca frente a las de multimarca, y los cambios en las cadenas de distribución, dispuestas ahora a relacionarse directamente con el consumidor.
La crisis va para tan largo que parece que no quedará nadie que no se adapte. Las políticas de bajar precios parecen una solución momentánea, aunque pueden ser solo un parche. Se puede convertir en aquello de "pan para hoy y hambre para mañana". Nuestro sector, de momento, parece que sabe reorientarse ofreciendo al cliente nuevos servicios como salones de belleza integrales, concentrar diversos servicios de calidad en el mismo centro o aprovechar las nuevas tecnologías para aumentar el negocio.
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