Exponerse al sol que más calienta no es inocuo, aunque aporte un bonito bronceado, aumente la vitamina D y estimule las endorfinas.
La protección cosmética es de gran ayuda si se respetan las normas y sobre todo, si va precedida por un tratamiento que aumente la resiliencia de la piel desde dentro, preparándola para defenderse y recuperarse eficientemente.
Por eso, y para conocer más, hablamos con IML, Instituto Médico Láser, y sus expertos, en concreto, su directora, la doctora Josefina Royo. Es ella, quien junto a su equipo, dermatólogos y facialistas, nos describe algunos de los procesos necesarios para defender desde todos los frentes posibles a la piel de los ataques del sol y las exposiciones extremas o no. Porque frente al astro rey es importante mostrarse resiliente.
S.O.S., alerta roja
Estas son las principales causas de alarma:
La primera, el eritema, cursa con enrojecimiento y dolor. La segunda son las quemaduras solares con eventuales ampollas, pero hay otras alertas de mayor trascendencia, que requieren evitar el sol o como mínimo, dosificarlo.
Nos referimos a:
» Hiperplasia Epidérmica, que afecta a más del 40% de la población. También llamada queratosis actínica, se caracteriza por la proliferación de queratinocitos atípicos, con pérdida de polaridad y maduración desordenada. Está producida fundamentalmente por los UVB y afecta mucho más a los fototipos claros en forma de queratosis atróficas, hipertróficas o pigmentadas.
El fotoenvejecimiento se distingue por la presencia prematura de un mayor número de arrugas, flaccidez, manchas, hipersensibilidad, capilares dilatados y falta de homogeneidad en la tez.» Fotoinmunesupresión, que es la falta de reconocimiento cutáneo a elementos extraños como los UVB y UVA, por parte de las células de Langerhans. Favorece el aumento de melanomas y otros cánceres cutáneos, cuya proliferación no es reconocida por el sistema inmunológico de la piel.
» Pre Cáncer o cáncer cutáneo (epitelioma basocelular, espinocelular y melanoma), que se origina por la acción combinada de los UVB y UVA, responsables de cambios bioquímicos y celulares en la piel. Determinan la aparición de células malignas que se replican debido al daño solar y no solar en el ADN, no controlado por las células de Langerhans.
» Fotodermatosis Idiopáticas que tienen origen en factores externos desconocidos, como la frecuente erupción polimorfa. Común en mujeres de 20-30 años, cursan como un brote pápulo-vesiculoso de picor intenso, que se manifiesta en las primeras exposiciones. Está causado en un 50% por los UVB, un 25% por los UVA y un 25% por ambos UV.
» Fotodermatosis Secundarias que responden a factores exógenos como la combinación de ciertos medicamentos con la exposición al sol. Son reacciones cutáneas anormales, que pueden ser fototóxicas (ampollas, inflamación delimitada, eritema) o fotoalérgicas (eczemas). No dependen de mecanismo inmunológicos.
» Fotoenvejecimiento, que es un deterioro cutáneo acelerado, distinto al paulatino envejecimiento del paso de los años. Se manifiesta con una deshidratación acentuada, de capa córnea irregular, sin luz ni lozanía. Como la queratosis actínica, se presenta de forma insidiosa y acelerada, tan pronto como se consume el capital solar y la vitalidad de los fibroblastos disminuye. Se distingue por la presencia prematura de un mayor número de arrugas, flaccidez, manchas, hipersensibilidad, capilares dilatados y falta de homogeneidad en la tez.
Conseguir una piel resiliente frente al sol
ANTES.
Preparación anti-ox de IML.
Se prescribe antes de las vacaciones para mejorar la respuesta de la piel frente al sol, aumentar su resiliencia y ayudarla en su recuperación. Se trata de la Mesoterapia Antioxidante de IML, que deposita micro-bombas anti-radicales en la dermis, justo donde se produce una alteración estructural del colágeno y la elastina por parte de los UV A y B.
La fórmula del inyectable es un cóctel individualizado de vitaminas, oligoelementos y ácido hialurónico, que son seleccionados para prevenir o tratar específicamente el envejecimiento cutáneo producido por el sol.
Está compuesto por vitaminas A, E, C y grupo B, así como por silicio y ácido hialurónico, que actúan en sinergia multiplicando su respectiva actividad. Aunque no existe límite de edad, se realiza a partir de los 25 años.
A su efecto preventivo, se suma una acción revitalizante desde dentro hacia afuera, que se traduce en bronceado uniforme, luminoso y… ¡Duradero!
Sesiones: 1 cada 2 semanas, hasta una media de 3 sesiones en total, con 1 sesión de mantenimiento cada 3 meses, en función del daño solar y el estrés oxidativo.
Según los dermatólogos de IML, el decálogo es tan claro como universal.
DURANTE.
Protección cosmética según Instituto Médico Láser.
- Evitar la exposición cuando el sol está en su máxima verticalidad (12 am).
- Empezar la exposición al sol con tramos cortos durante los primeros días.
- Respetar el fototipo para seleccionar el filtro solar adecuado a cada piel.
- Mirar la composición, que debe tener filtros físicos y químicos fotoestables, de amplio espectro frente a UV-A, UV-B, UV-C e IR.
- Aplicar el protector solar correctamente, sobre la piel limpia y seca, media hora antes de la exposición.
- Repetir la aplicación cada vez que sea necesario, dependiendo del número de baños, el calor, el deporte, la ropa suelta o ajustada, el roce de la toalla e incluso, la fuerza del aire.
- Aplicar 2 mg por cada cm2 de piel en capa suficiente como para que se vea al principio, aunque luego se absorba.
- Informarse de la radiación a diario, en webs meteorológicas de alcance regional o nacional.
- Atender a la localización geográfica, más peligrosa cuanto más cercana al ecuador.
- Tener en cuenta el nivel sobre el mar, ya que la atmósfera pierde un 5% de capacidad filtrante cada 300 m de altura.
- Valorar la reflexión sobre distintas superficies, que es del 10% en la hierba, del 20% en el agua, del 15-25% en la arena y del 85% sobre una superficie blanca como la nieve o una pared encalada.
- Evitar el sol si se toman fármacos fotosensibilizantes (salicilanilidas, antibióticos, sulfamidas, antihistamínicos, anticonceptivos, psicótropos).
DESPUÉS.
Regeneración infrarroja.
La aparición de rojez o eritema es señal suficiente para determinar el límite de la piel frente a los UVB, pero no lo es frente a los UVA, cuya acción tiene lugar fundamentalmente en la dermis, donde altera colágeno, elastina y sustancia fundamental (ácido hialurónico).
Frente a la ausencia de alertas inmediatas, IML recomienda la aplicación del láser infrarrojo fraccional Ydun Frax, que repara tras las vacaciones, los daños producidos en la estructura interna de la piel. ¿Cómo? Produciendo micro-columnas de coagulación que alcanzan la dermis profunda (reticular) y que inducen una regeneración por calor de todo el estrato, desde dentro hacia afuera.
IML recomienda la aplicación del láser infrarrojo fraccional 'Ydun Frax', que repara los daños producidos en la estructura interna de la piel.Este rejuvenecimiento no ablativo y fraccional, que respeta la capa epidérmica y no produce descamación visible, da lugar a la formación de colágeno nuevo en las columnas realizadas, que se auto-reparan rápidamente, gracias a la colonización del tejido intacto que las rodea.
Sesiones: 2, espaciadas cada 3 semanas.