Has terminado tu masaje, sí, pero para que la experiencia sea perfecta para tu cliente, más allá de la sesión, enséñele y practica tu mismo siete sencillas reglas y te asegurarás de verle regresar.

Regla uno. Las emociones tienen que salir.
Hazle saber a tu cliente que es el momento ideal para dejar de reprimir las emociones. El objetivo del masaje es la relajación y el bienestar no solo físico, sino espiritual.
Por supuesto, el masajista debe estar libre también de cualquier tipo de sentimiento negativo mientras realiza este servicio. Aprender a hacerlo posible es vital para el éxito del masaje.

Regla dos. Ya debes saberlo, que tu cliente no se levante de la camilla hasta pasados 5 minutos.
Cuando termine el tratamiento, prohibido levantarse de inmediato de la camilla, mínimo 5 minutos, para disfrutar de la relajación y también para no marearse tras tanto tiempo tumbado en horizontal.

Regla tres. Beber un vaso de agua.
Recuerda ofrecer siempre un vaso de agua, preferiblemente caliente o a temperatura, al final del tratamiento. El masaje elimina las toxinas de los tejidos: músculos, órganos, piel... Una buena hidratación final ayudará al cuerpo a eliminar las toxinas movilizadas más rápidamente, estimulando la función de drenaje.

Regla cuatro. Evitar la ducha.
Recomendado, evitar la ducha hasta una hora después del tratamiento. El masaje promueve una mejor circulación de energía. Al ducharse inmediatamente se corre el riesgo de obstaculizar este impulso. Por supuesto, también hemos de temer en cuenta que algunos aceites esenciales tardan en atravesar la barrera cutánea, por lo que es imprescindible mantenerlos.
La velocidad de penetración puede variar dependiendo de la hidratación de la piel, la temperatura ambiente y el aceite vegetal utilizado. Por lo tanto, una ducha anularía algunos e importantes beneficios del masaje.

Cuando termine el tratamiento, prohibido levantarse de inmediato de la camilla, mínimo 5 minutos, para disfrutar de la relajación y también para no marearse tras tanto tiempo tumbado en horizontal.

Regla cinco. Una sala de descanso a punto.
Disponer de una sala de relajación, independiente a la cabina donde se realiza el masajes, es un plus. Luz ténue, música para la relajación, algo que leer...

Regla seis. La próxima cita.
Tu cliente ya está preparado para confirmar su próxima cita antes de salir de las instalaciones del centro. Si no es posible que éste se de un masaje todos los ideas, lo cual sería lo ideal, al menos, sí una vez a la semana. No dejes pasar un mes antes de su próximo masaje.

Regla siete. Mantener la relajación.
Al finalizar un masaje, lo mejor es evitar lo urgente y estresante, en todo caso, participar de actividades tranquilas.

Si sigues, aplicas y aconsejas estos siete pasos, aparte de tus manos, el éxito y repetición periódica del masaje está asegurado.









Recomendamos