El rostro posee más elementos a tratar -nariz, pómulos, párpados, labios y orejas- por ello es la principal zona elegida, por ambos géneros, para realizarse tratamientos estéticos. Por separado, los varones solicitan, la liposucción abdominal, mientras que las mujeres prefieren el implante mamario.

Nuestro país ocupa el decimoquinto lugar en el empleo de la cirugía estética por parte de sus ciudadanos. Más de 100.000 intervenciones al año lo atestiguan, según la Sociedad Española de la Cirugía Plástica, Reparadora y Estética. Aun así, las operaciones derivadas de intervenciones quirúrgicas, accidentes graves o deformaciones congénitas son minoría. Ello confirma el tópico de que los españoles cada vez están más preocupados por su imagen, a la que dan gran importancia. Y por ello, están dispuestos a adoptar las medidas necesarias para cambiar el aspecto físico. "En este contexto, los hombres son más propensos a someterse a un tratamiento, una vez tomada la decisión, y apenas si necesitan una visita previa al especialista. Mientras que las mujeres son más reflexivas, acuden a diversas clínicas y consultan más Internet", señala el doctor José Antonio Quijada, director de la unidad de Medicina Estética de la clínica CIMEB. "Sin embargo -continua- no es necesario recurrir, en todos los casos, a una intervención de cirugía mayor con anestesia. Actualmente existen numerosas alternativas probadas y seguras, que suponen pequeñas intervenciones con anestesia tópica o local y en régimen ambulatorio".

Trabajar de forma preventiva, algo vital

Como tantos otros profesionales de la salud, el doctor Quijada, proveniente de la cirugía general, está especializado en reconstrucciones de pecho. Su labor médica desemboca en la Medicina Estética, la cual está en pleno auge en España. El Centro Integral de Medicina y Estética Biológica dispone del instrumental más avanzado y los profesionales mejor formados en esta materia. "Lo fundamental es poder trabajar de manera preventiva y anticiparnos a los estragos de la edad, convirtiéndonos en asesores del cliente que se quiera ver bien", explica el doctor Quijada. La clínica ofrece varias técnicas de gran eficacia para minimizar los estragos de la edad. Así, se recurre, principalmente, a la inyección de la toxina botulínica tipo A. Esta toxina inhibe el movimiento del músculo haciendo desaparecer las arrugas. Para otros casos se puede optar por rellenos de ácido hialurónico, que a diferencia de la silicona prohibida por Sanidad, es totalmente reabsorbible por el cuerpo. La mesoterapia es otro tratamiento contra la flacidez cutánea, basado en un cóctel nutriente de vitamina C, silicio y ácido hialurónico que se inyecta en la capa media de la piel a través de múltiples micropinchazos. Un cóctel que le devuelve al rostro la elasticidad perdida por la desaparición del colágeno.

Sin embargo, la técnica más innovadora y revolucionaria, empleada en la clínica CIMEB, se consigue con los hilos tensores. Se trata de unos microfilamentos de polidoxanona fabricados en Corea, capaces de corregir y estirar cualquier zona con una efectividad de más de un año y medio desde que los puntos se reabsorben. Además de la cara, los hilos tensores se aplican en otras zonas corporales como papada, cuello, mamas, barriga, muslos o brazos, y así corregir las zonas que cuelgan. "Estos tratamientos médico-estéticos no deberían estar al alcance de cualquier persona que se atreva a poner una inyección, dado que primero es necesario tener un conocimiento anatómico-fisiológico de la causa patológica: puede que haya componentes genéticos, vasculares o inmunológicos que compliquen el resultado deseado", concluye el doctor Quijada. "Como médico, tengo protocolos de trabajo personales; y soy muy estricto al cumplirlos, para tener éxito con mis tratamientos y mis pacientes".









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