"Los que en realidad aman la vida
son aquellos que están envejeciendo".
Sófocles, poeta y dramaturgo
griego (495 a.C.-406 a.C.).
Realmente es fascinante ver cómo van cambiando las modas, los estereotipos y los hábitos publicitarios dirigidos al consumo. Sobre todo en época de crisis. Si en otros tiempos una situación de penuria económica, social o de valores, iba acompañado de una reacción de la población, especialmente de los más jóvenes (véase mayo del 68, el movimiento punk o la más reciente Generación X), ahora parece que se ha instalado una fase de no reacción, como si hubiera triunfado un pensamiento Ni-ni (Ni me quejo, ni lucho, ni innovo...).
Sin embargo, parece que los ancianos han tomado la delantera. Por primera vez, no solo los vemos anunciando planes de pensiones, sino que parecen los encargados de dar positividad y energía en la situación actual...
Así lo vemos en el cine, con el regreso de los octogenarios actores de Los Mercenarios (Stallone, Schwarzenegger, Norris...), o las historias de amor de Amour, de Michael Haneke. En música, aparecen de nuevo gente como Jimmy Cliff, Iggy Pop o Bob Dylan, y en el terreno de la moda, diseñadores como Karl Lagerfeld, Iris Apfel o Vivienne Westwood vuelven a estar en el candelero.
En la industria cosmética sucede lo mismo, y cada vez vemos más campañas protagonizadas por personas de la tercera edad. Hoy, las personas mayores se cuidan más que nunca, sobre todo las mujeres, que desean seguir siendo atractivas y bellas. Además, aún mantienen poder adquisitivo para invertirlo en tratamientos de belleza. Así, no sorprende el nuevo enfoque publicitario dirigido hacia este target.
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