“Sérum” ya es, oficialmente, una palabra más de nuestro vocabulario. El 10 de diciembre la Real Academia Española (RAE) incluyó el término dentro de la actualización del Diccionario de la Lengua Española (DLE), en un ejemplo de la importancia que el autocuidado y la cosmética tienen en la vida diaria de millones de personas.
Este término, que la RAE define como "líquido más o menos denso, de efecto reparador, revitalizador, hidratante, usado como cosmético", se suma a una lista de nuevas incorporaciones que reflejan cómo nuestro lenguaje evoluciona con nuestros hábitos y estilo de vida.
El sérum es, desde hace años, un término común entre profesionales y consumidores, por lo que su inclusión en el Diccionario no solo confirma su relevancia, sino también cómo forma parte de una vida enfocada en el bienestar.
El sérum es, desde hace años, un término común entre profesionales y consumidores, por lo que su inclusión en el Diccionario no solo confirma su relevancia, sino también cómo forma parte de una vida enfocada en el bienestar.La historia del sérum tiene sus inicios en la industria cosmética de mediados del siglo XX, cuando los laboratorios comenzaron a desarrollar productos de alta concentración para abordar necesidades específicas de la piel. Originalmente, estaban destinados a tratamientos profesionales, pero con el tiempo pasaron a ser un producto accesible, llegando a convertirse en un imprescindible de la rutina de autocuidado y bienestar.
En la actualidad, el sérum es uno de los productos más versátiles e innovadores del mercado. Según explican desde Stanpa, "sus fórmulas avanzadas permiten tratar una amplia gama de necesidades: desde combatir el envejecimiento y mejorar la textura de la piel, hasta iluminar el rostro o reducir manchas. Gracias a su capacidad de penetrar profundamente en la piel, el sérum se ha posicionado como complemento indispensable del cuidado diario".
En este sentido, cada vez más utilizamos productos de cosmética no solamente para vernos bien, sino para sentirnos bien. Con esto, las fronteras entre la belleza y el bienestar comienzan a difuminarse a través de la demanda de formulaciones que priorizan la salud y el cuidado personal.
Según datos de Stanpa, en lo que va de año se han consumido más de 70.300 productos de tratamiento del rostro, entre los que se encuentra el sérum. Además, el cuidado de la piel, la categoría más importante, creció en 2023 por encima del mercado, alcanzando un 14,3% de aumento y logrando los 3.400 millones de euros de consumo.