Desde hace siglos se conoce el poder curativo del frío. En países nórdicos y eslavos se tiene presente que la exposición a temperaturas bajas fortalece las defensas, por un lado, y contribuye a la recuperación de molestias musculares, por el otro. En su acepción moderna, la crioterapia o cura del frío tiene su origen en los trabajos del doctor Yamaguchi en Japón, a finales de los años 70. Yamaguchi empleaba esta terapia para reducir la inflamación de las articulaciones y también para paliar el dolor.
Con el paso de los años, la crioterapia se ha perfeccionado. Actualmente las cabinas Cryosense son uno de los dispositivos más avanzados del mercado. Cabinas que exponen la superficie corporal a temperaturas entre -160 y -193 grados, durante un periodo máximo de tres minutos. Estos dispositivos desprenden vapores de nitrógeno que generan endorfinas en nuestro organismo con importantes efectos antiinflamatorios, analgésicos y estimuladores del sistema inmune. Por ello, esta terapia tiene numerosas aplicaciones en campos como la medicina, el deporte, la estética y el bienestar corporal en general.
La crioterapia ejerce efectos beneficiosos en el cuerpo humano. Este tratamiento calma el dolor, libera endorfinas, quema calorías, elimina toxinas, oxigena las células, reduce el estrés, aumenta la energía, mejora la circulación, la calidad y los daños de la piel, fortalece los vasos sanguíneos, ayuda en casos de insomnio y también en procesos postoperatorios.
Ocho programas diferentes en función de las necesidades del cliente
- Deportivo: orientado a la recuperación de atletas de alto nivel.
- Reafirmante: indicado para tonificar la piel.
- Insomnio: ayuda a conciliar el sueño.
- Calory: quema calorías y reduce grasas localizadas.
- Dolor: actúa contra el dolor, inflamación, edemas, entre otros.
- Piernas cansadas: mejora el riego sanguíneo en las piernas.
- Antiaging: potencia los tratamientos estéticos antiedad.
- Antiestrés: reduce la ansiedad gracias a la liberación de endorfinas, 'las hormonas de la felicidad'.