Parece que en la estética todo vale y el embellecimiento de los pies es tendencia. Pero no hablamos de hacer un peeling o la manicura, sino de ir más allá; es decir, de acortar o alargar los dedos de los pies, entre otros, para adecuar los pies a las condiciones de determinadas marcas de zapatos. Es la cirugía Cenicienta, una intervención estética que cobra importancia en muchos países, como en Estados Unidos y Gran Bretaña.
Las intervenciones estéticas en los pies tienen su origen en los 90, por la obsesión de muchas mujeres en poder lucir unos bellos zapatos de tacones vertiginosos sin dolor. Las series de televisión, las pasarelas y las revistas de moda marcan tendencia para comprar zapatos con tacones extralargos. Algo que parece imposible, porque una gran parte de las marcas de moda diseñan bellos zapatos para una cena o una noche, (altísimos y muy estrechos de forma), que no suelen ser aptos para el día a día. Los problemas empiezan a surgir cuando la mujeres pasan mucho tiempo con este tipo de zapato, que acaba dejando unos pies doloridos, con quemazones, juanetes...
Además, este problema tiene mucho que ver con la edad, porque a medida que se cumplen años, el pie suele perder grasa en su planta. Y, en parte, las operaciones de los pies son una forma más de sentirse más jóvenes.
Qué engloban estas intervenciones
La llamada cirugía Cenicienta se basa en modificar el tamaño y la forma de los pies para adecuarse a los zapatos preferidos por las mujeres, entre otros objetivos. En la gran parte de tales intervenciones, que se realizan a gusto de las consumidoras, se emplea la anestesia local, son practicadas por cirujanos y se suelen reparar zonas de los pies, eliminando o alargando huesos con la colocación de tornillos y férulas.
Además de acortar o alargar los pies, la cirugía Cenicienta también engloba la extracción de los juanetes, que suelen producirse por el roce continuo con los zapatos de tacón. Además, para las mujeres que tienen poca masa en la planta de los pies, la cirugía puede conllevar la inyección de material de relleno.
La cirugía Cenicienta es una intervención estética que se realiza en los pies y tiene su origen en los 90, por la obsesión de muchas mujeres en poder lucir unos bellos zapatos de tacones vertiginosos sin dolor.Otra práctica de la cirugía Cenicienta es limar los excesos de hueso y extraer la grasa de los pies, porque las mujeres los quieren más delgados. Y hay más, porque una de las operaciones estética de los pies se llama Loub Job, referida al diseñador Christian Louboutin, y está indicado para acolchar la planta del pie. La finalidad es lucir, de forma cómoda, este y otro tipo de zapatos afines. En este caso, hay que destacar que su efecto solo dura seis meses, (lo que tarda en reabsorberse el material que se inyecta).
Recientemente, el número de operaciones ha crecido. Otra de las tendencias es reducir el tamaño de las uñas de los pies para ponerse zapatos estrechos. Además de dejar los pies más bellos y aptos para llevar los zapatos de sus sueños, los que practican estas intervenciones aseguran que las mujeres se sienten mejor y aumentan su autoestima.
Lo que dicen las asociaciones
Muchas clínicas privadas de medicina estética en Estados Unidos y Reino Unido están realizando este tipo de intervenciones. Ahora bien, el tema no está exento de polémica, pues algunas asociaciones, como la Asociación Médica Americana de Podólogos, piensan que las intervenciones de los pies solo deben practicarse por razones médicas y no estéticas. Es decir, que estén destinadas a reducir dolores crónicos y reconstruir deformidades. Por su parte, el Colegio Norteamericano de Cirujanos de Pie y Tobillo (ACFAS) tampoco está a favor de estas operaciones en su sentido más estético.
Además de dejar los pies más bellos y aptos para llevar los zapatos de sus sueños, los que practican estas intervenciones aseguran que las mujeres se sienten mejor y aumentan su autoestima.Estas asociaciones indican que la cirugía Cenicienta puede provocar algunos problemas en los pies, a la larga, al dejar dolores articulares permanentes y que alteran la estructura ósea del pie. También produce nervios dañados, rigidez, cicatrices e infecciones.
Muchos médicos especialistas del pie realizan, algunas veces, intervenciones similares, pero solo en aquellas personas que tienen las condiciones físicas adecuadas para ello. En España, aunque no es una práctica habitual cada vez hay más mujeres que piden este tipo de intervenciones.