José Vidal, 45 años, norteamericano, separado, dos hijos, ingeniero eléctrico, graduado en Ciencias cum laude. Comienza a trabajar en la empresa familiar Ramason junto a sus dos hermanos y en 1992 fundan DRV, compañía referente mundial del sector de la belleza y el bienestar. En 1997 crea el concepto “Saber Comprar”, que transformará a esta pyme en gran empresa en solo cuatro años, a lo largo de los cuales inauguraron 30 centrales en España. A continuación comienza la etapa de expansión internacional, siendo hoy un concepto instalado en 84 países. En la actualidad la empresa factura más de 30 millones de euros al año.
BEAUTY MARKET: Saber Comprar marcó un antes y un después en el mundo de la estética. ¿En qué reside su éxito?
JOSÉ VIDAL: Para mí la clave del éxito de cualquier idea a nivel empresarial es que sea simple, poseer las instalaciones adecuadas y unos empleados fieles y motivados. Creo que solo las ideas distintas funcionan como idea empresarial de futuro.
B.M.: ¿Cuál es la proyección a futuro de este sistema?
J.V.: Creo que ahora mismo DRV tiene la asignatura pendiente de hacer evolucionar este proyecto hacia algo nuevo, inédito, volver a reconvertir los cimientos de la estética tradicional. Estamos en un momento de crisis y en japonés esta palabra quiere decir oportunidad. Ahora es el momento para que
Saber Comprar inicie una nueva trayectoria anticrisis con una idea complementaria a la original, aún más revolucionaria.
B.M.: La fórmula se exportó con éxito a varios países. ¿Cuál es el balance de su aplicación en el exterior?
J.V.: En el exterior, fueron mis hermanos Raúl y Mike los que consiguieron exportar y adaptar la idea en cada país, gracias a su ingenio y perseverancia. Fue una ardua labor en la que tuvieron que adaptar el concepto a las diferentes idiosincrasias. El balance ha sido muy positivo. Hoy exportamos en 88 países, se traduce Saber Comprar en más de 25 idiomas y el éxito es rotundo.
B.M.: ¿Cuáles son las tendencias, las inquietudes y las demandas del mercado actual de la estética?
J.V.: Creo que la gran preocupación actual es la crisis económica. La que nos obliga a todos a ser más competitivos y a aportar soluciones anti-crisis para nuestros clientes. Las empresas con este ingenio sobrevivirán, las otras tienen un alto riesgo de perderse en el camino. Calculo que la crisis durará hasta el segundo semestre del año 2010.
B.M.: La crisis económica mundial por la que atravesamos ha tocado todos los sectores; sin embargo, la estética parece ser un sector que sigue creciendo. ¿Está de acuerdo con este análisis?
J.V.: Creo que el mundo de la estética no está tan tocado como otros sectores, por ejemplo, el de la construcción. Pero no creo que esté creciendo. Esta realidad no la percibo.
A veces, pienso que tendemos a un optimismo exagerado, nada compatible con la
realidad de la calle que vive nuestro cliente: la esteticista.
B.M.: Se desvinculó por un tiempo de la empresa. Y sabemos que incursionó en el sector del spa. ¿Cómo ha sido su experiencia?
J.V.: Ha sido motivante y una etapa de aprendizaje muy divertida. Siempre he pensado que todo ser humano ha de aprender continuamente. También tengo la filosofía de que hay que salir de la comodidad y experimentar nuevos retos. El sector spa permite dar rienda suelta a una creatividad sin límites. Este ámbito está totalmente ligado a la construcción y fue sacudido muy fuertemente por esta crisis. Se han paralizado todas las inversiones en spas dentro de hoteles en España desde el segundo semestre del 2008.
B.M.: ¿Cómo ve el mundo de la estética y de la cosmética de aquí a 10 años?
J.V.: Lo veo como un sector de servicio más que de producto. La gran aportación que damos es la atención al cliente. En pocos sectores existen profesionales que dediquen tanto tiempo, mimo y escucha a sus clientes como en el sector de la estética. Si aumenta la demanda de psicólogos es porque nadie se toma el tiempo de escucharnos y de preocuparse por nosotros. Nuestras profesionales hacen ambas cosas, además del contacto físico. El servicio no deja de ser como otros. Pero el aspecto de escuchar y tocar al otro, para mi es la gran diferencia de este sector.