Una empresa diferente para un mundo diferente. Así es Alqvimia, la firma de alta cosmética natural fundada por Idili Lizcano hace ya 27 años, y que resultó, sin duda, pionera en lo referido a un modo también distinto de concebir la belleza. “Porque no podemos hacer una belleza superficial o intranscendente”, asegura Idili. “La belleza es la transformación integral de la mujer”. Por dentro y por fuera, o desde el interior para que se refleje en el exterior, pensamos cuando escuchamos sus palabras. Efectivamente, se trata de “la unión y equilibrio del cuerpo y la mente para alcanzar la belleza absoluta”. Y todo ello bajo la rúbrica que recupera la tradición de la antigua perfumería artesanal para fusionarla con las técnicas de cosmética natural más avanzadas. Alqvimia, además, sustenta su devenir y desarrollo en dos pilares básicos y comprometidos: la economía humanizada y la ecología. Y hace suya la feminidad, ofreciendo a la mujer tratamientos naturales para la belleza, la salud y el bienestar.
BEAUTY MARKET: Alquimia, una bella palabra. Una vez nos hemos acercado a la filosofía de su empresa, es fácil imaginar por qué la elección de la misma...
IDILI LIZCANO: Alquimia es una palabra que siempre me ha fascinado, desde pequeño. Ello me llevó a investigar con gran pasión esta ciencia espiritual. Así que decidí recuperar la tradición del arte de la perfumería y la alquimia, la cual tuvo tanta importancia en la historia de nuestro país. Y es que, antiguamente, los alquimistas eran botánicos, médicos, farmacéuticos, y los perfumistas de la época. En Alqvimia seguimos haciendo alquimia, una nueva alquimia adaptada a los tiempos de hoy, donde se funden en perfecta armonía ciencia y espiritualidad.
B.M.: Por otro lado, ¿puede definirnos qué es la “alta cosmética natural”, la frase que reza siempre después del nombre de Alqvimia?
I.L.: En Alqvimia tenemos un lema: “La búsqueda de la perfección”. Intentamos poner lo mejor de nosotros mismos en cada producto y seleccionar las mejores materias primas naturales de todo el mundo. La Alta Cosmética Natural para nosotros es el arte de crear los mejores productos cosméticos posibles con las sustancias más puras y eficaces que nos ofrece la Madre Naturaleza.
B.M.: ¿Es éste un concepto entendido tanto por el consumidor como por la esteticista?
I.L.: Hoy, lo que nosotros hemos predicado durante 25 años está realmente de moda, a la orden del día. Los consumidores en los países más avanzados están muy cansados de tanta química, ya sea en la alimentación como en la cosmética. Yo diría que, más que una moda, la cosmética y la alimentación natural se están convirtiendo en una necesidad social. Por su parte, los profesionales de la estética han cambiado, han descubierto que la Alta Cosmética Natural ofrece resultados mucho más eficaces y poderosos en sus tratamientos de belleza que la cosmética convencional, elaborada, como todos sabemos, con productos químicos.
B.M.: ¿Y cómo concibe y define Idili Lizcano la belleza?
I.L.: La belleza es lo que une a la mujer con lo absoluto. ¡La belleza es sagrada! Una mujer es bella cuando contacta con la parte más pura de su alma y eso se refleja en su cuerpo. La belleza está conectada con la luminosidad, con la luz. Eso implica una armonía entre cuerpo, energía y alma. No hay belleza sin salud. Por eso, la verdadera belleza tiene que ser natural, aportar salud y bienestar profundo. La belleza, en cierto modo, está conectada con la felicidad. Una mujer feliz y radiante es en esencia bella. Nuestros tratamientos de belleza deben aportar todo esto a nuestras clientes y lo mejor de todo es que lo hacen.
B.M.: En este sentido, ¿la sociedad se halla realmente preparada para asimilar el concepto de belleza con el de armonía integral o, contrariamente, la juventud física sigue pesando demasiado?
I.L.: En realidad, la juventud es un estado del alma. Hay personas cronológicamente jóvenes que son viejos y gente más mayor que tiene el alma joven, siempre quieren conocer cosas nuevas, se apuntan a todo tipo de nuevas experiencias y, así descubren también nuevas facetas de la vida. Esas personas son realmente jóvenes. El modelo que la gran industria de la cosmética ha vendido a las mujeres que la belleza consiste en tener siempre 20 años; es falso e irrespetuoso.
B.M.: Entonces, ¿cómo podemos ser más sabios y comprender que la belleza no es sólo juventud?
I.L.: Tenemos que crecer desde dentro. Descubrir el poder y la belleza de nuestra mente. Porque nuestra mente es infinitamente pura e inmortal. Si uno es capaz de no pensar ni en el pasado ni en el futuro, de ir mas allá de todo pensamiento, uno puede descubrir que existe un eterno presente. Entonces uno se vuelve sabio. Contacta con su bondad fundamental. Y eso nos dará una enorme sensación de libertad y de felicidad.
B.M.: ¿Por qué hablamos sólo de mujeres? ¿Y el hombre, qué capítulo ocupa al respecto?
I.L.: La belleza está conectada con lo femenino. Todos los seres humanos tenemos las dos energías, masculina y
femenina, que circulan por nuestro cuerpo y alma. Los hombres de hoy, como ocurrió también en el Renacimiento, estamos redescubriendo nuestra sensibilidad, ternura, creatividad… Ello hace que nos estemos acercando a la belleza, a la necesidad de admirar e irradiar belleza. Es por eso que el mercado de la cosmética masculina está creciendo muy rápidamente en los países más desarrollados de Occidente.
B.M.: ¿Ha sido Idili Lizcano un adelantado a su tiempo?
I.L.: La verdad es que, por suerte o por desgracia, siempre he ido por delante. Fuimos la primera empresa de aromaterapia de nuestro país, hablábamos de spas cuando la gente se creía que un spa era una bañera con burbujas. Hablamos de Spa Medicine hace ya años, un concepto que hace furor ahora en EE UU. Y hablamos hace años también de la conexión entre la belleza y la espiritualidad, y creamos la primera Escuela Internacional de Spa de nuestro país con más de 200 profesionales diplomados. La verdad es que, personalmente, si hay algo que no me gusta nada es la rutina. Me encanta crear cosas nuevas, ¡disfruto tanto con ello! Eso me ha hecho ir siempre por delante.
B.M.: En cuestión de compromiso medioambiental, economía humanizada y otros conceptos solidarios que también se ponen en práctica en su empresa, ¿la realidad en general cuál es?
I.L.: Nuestra sociedad y nuestra economía no van por buen camino. El sistema neoliberal en el que vivimos potencia la economía especulativa en contra de la productiva. Estamos destruyendo la Madre Naturaleza y ella se está rebelando. Estamos agotando los recursos naturales, nos gastamos 2.200 millones de euros al día en armamento en todo el mundo, cuando 800 millones de personas se pueden morir de hambre cada año. Y nadie, ni nuestros gobiernos, ni nuestras sociedades, hacen nada. Sólo algunas ONGs fantásticas se involucran. Hemos creado una economía donde el motor es el egoísmo personal. 497 personas controlan la mitad de la riqueza mundial, el resto se reparte entre los 6.100 millones de personas que poblamos el planeta.
B.M.: Y con este panorama, ¿se puede ser optimista de cara al futuro?
I.L.: Sí. Personalmente lo soy. Soy tremendamente optimista porque creo en el ser humano. Todos llevamos dentro un enorme potencial de felicidad. Venimos a este mundo para ser felices. Pero el egoísmo jamás nos podrá aportar felicidad. La esencia de nuestra mente es una bondad fundamental. Tenemos que crear una sociedad y una economía basada en estos valores. Tenemos que aprender a compartir, a pensar menos en nosotros mismos y más en la felicidad de los demás. Al reducir nuestros egos crece nuestra sabiduría, nuestra capacidad de amar.
B.M.: Centrándonos en el sector de la belleza, ¿cómo prevé su evolución en nuestro país?
I.L.: La tendencia se dirige inexorablemente hacia la cosmética natural.Y ese proceso es cada vez más rápido. El consumidor es cada vez más consciente y busca productos que sean buenos para su salud. Una encuesta reciente revela que el 82% de las mujeres que compran cosmética estarían dispuestas a cambiar su marca de cosmética convencional por una nueva marca de cosmética natural.
B.M.: ¿Por qué Idili y Alqvimia han triunfado? ¿Cuál ha sido el secreto de su éxito?
I.L.: El secreto es un secreto alquímico: “Hacer las cosas con amor”.
B.M.: Amor, naturaleza... ¿Es posible conjugar estos términos con la empresa?
I.L.: Es el futuro de la empresa. Las nuevas tendencias en Estados Unidos van por ahí. El autoritarismo, el ordeno y mando, el poder por el poder están pasados de moda. El líder ha de ser un ejemplo y ayudar a su equipo. Hay gente en el mundo de los negocios que se piensa que la bondad es sinónimo de debilidad, y están totalmente equivocados. La bondad es una fortaleza. Ser egoísta y autoritario es muy fácil, no requiere mucho esfuerzo. Ser altruista y bondadoso requiere controlar tu mente. Estar siempre en el lado positivo de tu mente. En Alqvimia tengo la suerte de tener a mi lado grandes profesionales. La mayoría son mujeres maravillosas llenas de bondad y de sabiduría femenina y, al mismo tiempo, son grandes profesionales, grandes personas. Nunca me cansaré de repetir que tengo mucha suerte.
B.M.: Al hilo de sus palabras, y además de las personas que le rodean, ¿qué es lo que más le gusta de su trabajo?
I.L.: Crear cosas, productos, ideas nuevas…Y ser capaz de ayudar a los demás con ellas.
B.M.: ¿Y lo que menos?
I.L.: Negociar precios y condiciones.
B.M.: ¿Un consejo para las esteticistas que nos leen?
I.L.: Que todo lo que hagan lo hagan con amor. Que hagan sus tratamientos con amor, que no ahorren en productos químicos baratos, sino que escojan productos hechos con amor para sus tratamientos. Que descubran la cosmética natural, si no la han probado todavía, porque es maravillosa y les puede cambiar la vida para mejor.
B.M.: Hablando de cambios, ¿qué es lo que cambiaría del mundo?
I.L.: Sus líderes y sus manera de pensar. La humanidad está gobernada por gente que tiene poco amor, poca solidaridad, poca sabiduría, poca compasión por el sufrimiento ajeno. La humanidad necesita líderes como Nelson Mandela, Desmon Tutu, la Madre Teresa, el Dalai Lama...
Crearía una nueva economía basada en la solidaridad, el comercio justo, la equidad, el mutuo beneficio y, sobre todo, el respeto a los seres humanos y a la madre Tierra.
B.M.: ¿Y qué es lo que Idili Lizcano dejaría tal y como está?
I.L.: La prosperidad en la que vivimos, pero compartiéndola con todos los seres humanos que pueblan el planeta.
Prueba de esa filosofía propia de Alqvimia es el proyecto más solidario de Idili Lizcano, quien está a punto de crear la Fundación Alqvimia, por la que, entre un 10% y un 20% de los beneficios de la firma serán destinados a tareas humanitarias de diversa índole. Así, “cada vez que una esteticista se decida por un producto Alqvimia, estará ayudando a nuestra tarea humanitaria, en definitiva, estará ayudando a crear un mundo mejor”.