"Para saber lo que la gente
realmente piensa, preste
atención a lo que hacen, más que
a lo que dicen".
René Descartes, filósofo, matemático
y físico francés (1596-1650).
Lo que antes era un solo canal, es decir, la venta directa, ya no sirve. Ahora el consumidor es omnicanal y debemos ofrecerle productos y servicios a través de diversos canales para que nos encuentren, nos compren y aumentar así nuestra facturación.
La ominicanalidad se centra en vender a través de diversos canales, conectando, así, la tienda física con la on-line. Un estudio de MasterCard pone de manifiesto que el usuario es cada vez más inteligente y exigente, y ello obligará a los comercios a adaptarse a sus necesidades. El móvil será el rey, bien a través de tecnología NFC o por geolocalización para ofrecer descuentos, pues en 2020 será el principal canal de comunicación con el cliente.
De esta manera, el consumidor es dual, quiere el contacto físico, ver los productos, la personalización, y a la vez, poder comprar libremente on-line cuando le apetezca. En el caso de los centros de estética y de las tiendas de cosmética, las acciones in store son importantes (descuentos al momento, talleres de maquillaje, presentaciones in situ), pero con ello también debe darse la posibilidad de mostrar y adquirir, tanto productos y servicios, también de forma on-line.
Es decir, la compra on-line, las acciones en la tienda, la interacción en redes sociales... se convierten en todo un conjunto de posibilidades que multiplican la experiencia global de la marca. Y el usuario, por tanto, hace su compra, ahora, a través de diversos canales.
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